Monday, April 15, 2013

Borges, después de clases.

                                       Ni siquiera está pintado, ¿es una película de Wim Wenders?
                                       Elija su día, su párrafo, su aprendizaje.  
                                      ¿Qué le reportó asistir  gratuitamente a sus clases?

19 comments:

Anonymous said...

Sta. García Soruco:
Yo escojo la clase del 16 de junio, esa en 1978.
Ese día en que Borges nos hablo de ese juguete riguroso que nos ha legado Edgar Allan Poe, el cuento policial.
Aprendí sobre el lector de este tipo de novelas y sus particularidades, siempre incrédulo, con una suspicacia especial y llenó de sorpresas. Que mejor ejemplo para mostrar este estas características que el de Borges:
"Si lee: "En un lugar de la Mancha...", desde luego supone que aquello no sucedió en la Mancha. Luego "... De cuyo nombre no quiero acordarme...", por qué no quiso acordarse Cervantes? Porque sin duda Cervantes era el asesino, el culpable. Luego "... no hace mucho tiempo...", posiblemente lo que suceda no será tan aterrador como el futuro."
Simplemente notable, todas las características del lector de ficciones policiales (engendrado por Edgar Allan Por) en el mejor ejemplo que he leído!

Anonymous said...

"Que mejor ejemplo para mostrar este estas características que el de Borges"

que frase, que frase

Sta. García Soruco: said...

Errores de tipeo, el celular no es el mejor medio para comentar.
Yo diría: "Y que mejor ejemplo para dar a entender estas características que uno de Borges"

Pedro León Wielandt said...

Sin la intención de copiar, elegí también el memorable día 16 de Junio del año 1978(día que,por supuesto, no viví, y por el cual tampoco tenía consideración hasta hace aproximadamente dos semanas).
Pese a elegir una misma clase, el enfoque a la enseñanza que quiero darle es bastante distinto.
La conferencia de "el cuento policial" viene a darme la confirmación plena de una teoría que tenía en mente hace bastante; esta teoría dice que el método de enseñanza utilizado por mi profesor de literatura es la del razonamiento deductivo, si nos pone en un laberinto del cual él tiene un conocimiento previo, y dirige en algún grado hacia donde hay que llegar

Pedro León Wielandt said...

olvídese el primer comentario

Nefelibata said...

Creo que el 23 de junio de 1978 es un buen día, porque quedaban tan sólo 191 días para finalizar ese año.
Además es el día en el que Borges me hizo clases sobre el Tiempo; me enseñó que no se puede prescindir del tiempo en nuestros pensamientos,que éste es la sucesión, un problema escencial en nuestra vida que siempre está precente y no se ha logrado solucionar... San Agustín dijo un día: «¿Qué es el tiempo? Si no me lo preguntan, lo sé. Si me lo. preguntan, lo ignoro.» Por esto vivimos en una continua agonía, "muriendo" cada día y volviendo a "nacer". El tiempo es fluctuante y fugitivo, la eternidad por otro lado, ¿podría ser un instante en el cual se juntan milagrosamente esos diversos tiempos como el Aleph? ¿o Platón tiene razón?...



"Nosotros estamos hechos, en buena parte, de nuestra memoria.

Esa memoria está hecha, en buena parte, de olvido."

Cathalifaud said...

Preferí elegir la clase del 5 de Junio de 1978, aquella sobre Emanuel (el profeta) Swedenborg. De esta memorable clase que resultó ser una extensión de la clase de la Inmortalidad seleccioné el párrafo: "Actualmente, hay una iglesia swedenborgiana. Creo que en algún lugar de Estados Unidos hay una catedral de cristal. Y tiene algunos millares de discípulos en Estados Unidos, en Inglaterra (sobre todo en Manchester), en Suecia y en Alemania. Sé que el padre de William y Henry James era swedenborgiano. Yo he encontrado swedenborgianos en Estados Unidos, donde hay una sociedad que sigue publicando sus libros y traduciéndolos al inglés.", del que aprendí que todos los hombres como Swedenborg, Emerson, Montaigne, Blake, Shaw y por supuesto etcétera son las simples y vanas excusas de Borges para hablar de él mismo (por mucho que sea cierto que existe una iglesia Swedenborgiana), y él mismo es el tema de todos sus libros, cuentos y ensayos; la gran ventaja que tiene es que con todo lo erudito que es es fácil distraernos. Al final, cada libro de Borges es un libro a lo Warhol en que Borges está de todos los colores y perfiles posibles.

Unknown said...

El día que voy a elegir es el 23 de Junio de 1978, día en que asistí a la clase de Borges sobre el tiempo.

"Todo eso nos es dado sucesivamente porque no podemos aguantar esa intolerable carga, esa intolerable descarga de todo el ser del universo. El tiempo vendría a ser un don de la eternidad. La eternidad nos permite vivir sucesivamente. Schopenhauer dijo que felizmente para nosotros nuestra vida está interrumpida por el sueño (...) Si no hubiera sueño sería intolerable vivir, no seríamos dueños del placer. La totalidad del ser es imposible para nosotros. Así nos dan todo, pero gradualmente".

No debemos estar pendientes de saber todo lo que nos va a ocurrir. ¿Por qué siempre queremos planificarlo todo? No es posible. Si supiéramos todo lo que nos ocurrirá, no tendría gracia vivir, no disfrutaríamos nada de lo que hacemos, ¿Sería lo mismo ser sorprendido por una llamada que saber que te van a llamar y estar esperándolo? Claro que no, la vida está llena de sorpresas, llena de sucesos que nos van marcado cada día. Entonces, creo, que lo que importa es vivir el presente y hacerlo dando un paso a la vez, haciendo las cosas de manera que salgan bien, y las hagamos de corazón, así no estaremos pensando siempre en lo que viene después.

Siempre he dicho que no debemos planificar, pero gracias a Borges le doy un sentido distinto a esta frase. El hombre simplemente, no lo soportaría.

Alfredo said...
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Alfredo said...

Acorde a la clase del 23 de Junio de 1978 he podido aprender a reflexionar sobre la temporalidad de la percepción, si no percibimos, no existimos en el tiempo, por tanto no somos como tal. Toda nuestra experiencia perceptiva depende de la memoria para poder llegar a interpretar lo que se siente. Vivimos en la constante incertidumbre del sentimiento, no sabemos lo que puede suceder en el futuro, solo estimar o prever. Cabe mencionar que la memoria es frágil, y una experiencia puede ser totalmente nueva a pesar de sel algo común o insignificante, lo que nos lleva a ser dependientes también del pasado. Considerando esto podríamos afirmar que el presente es simplemente una falsedad porque no puede existir como tal si no es percibido. Este paradigma existencial se soluciona con la complejidad del ser humano y la capacidad de crear información que realmente no existe, pero percibe. Lamentablemente vivimos en un mundo construido por la imaginación, tal como afirma Borges; el cual es una representación mental de lo que percibimos en cada instante. Como no podemos dejar de percibir, o quedarnos percibiendo el mismo instante una y otra vez,(considerando que es física y metafísiicamente, es imposible para el ser humano)el presente es inexistente para nuestro mundo imaginario, a pesar de que físicamente existe.

"Si pensamos que el mundo es simplemente nuestra imaginación, si pensamos que cada uno de nosotros está soñando un mundo[...]Lo único que existe es lo que sentimos nosotros. Solo existen nuestra percepciones, nuestras emociones."

Federico said...
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Federico said...

Elegí la clase del 24 de mayo de 1978, en donde Jorge Luis Borges me confiesa, que significa para él la lectura, “… que lean directamente los libro; entenderán poco, quizá, pero siempre gozaran y estarán oyendo la voz de alguien”. Al leer y comprender esta enseñanza, me doy cuenta del verdadero peso que tiene este “cubo de papel”, me permite estar en una clase y en un tiempo en el que ni siquiera he nacido, pero la enseñanza sigue igual y si repito esta frase en mi cabeza, incluso puedo escuchar la voz de Borges, al igual como podría ser con Platón, Montaigne o Shakespeare. Esto me deja la interrogante ¿Cómo es que no leo, todo lo que debería leer? ¿Cómo estoy desaprovechando esta conversación con las mentes más brillantes de la historia, cuando las tengo a alcance de mi mano?. Al parecer estoy jugando a ser sordo con esta enseñanza.

Infante said...

Yo optare por el 24 de mayo de 1978, aunque no llegue a la hora a la clase, pude rescatar por la lectura de la clase sobre “El Libro” algunas reflexiones. El fragmento que marco el inicio de mi aprendizaje fue:
“Yo he dedicado una parte de mi vida a las letras, y creo que una forma de felicidad es la lectura; otra forma de felicidad menor es la creación poética, o lo que llamamos creación, que es una mezcla de olvido y recuerdo de lo que hemos leído.”
Del cual se desprende lo que significa crear, el cual es un proceso muy complejo que implica la memoria, que es de lo que nosotros estamos hechos, que curiosamente es algo individual, pero al momento de manifestarse en algo (tal vez poético o alguna personalidad) se requiere de una colectividad. Pero esto se explica porque cada uno lo interpreta a su forma la lectura, olvidando; lo cual nos diferencia unos a los otros.

Pedro León Wielandt said...

5 de junio de 1978, 11 años después del inicio de la guerra de los 6 días.En un lugar de Belgrano cuyo nombre no me sé un argentino dictaba una conferencia acerca de un tema que para William James es Baladí; la inmortalidad. No es la conferencia central pese a que abarca al gran mayoría de estas(4 de 5 no es malo). Pude apreciar una visión que me parece lícita acerca de este tema menor dentro de la filosofía, y es que para mí es un tema que me generaba gran intriga, al igual que J.L.B, sin creer en la inmortalidad corporea o personal, no encontraba la trascendencia del hombre en el mundo; en fin esta conferencia me deja esa "tranquilidad": trasciende la humanidad no el hombre.
"Cada uno de nosotros colabora, de un modo u otro, en este mundo. Cada uno de nosotros quiere que este mundo sea mejor, y si el mundo realmente mejora, eterna esperanza; si la patria se salva (¿por qué no habrá de salvarse la patria?) nosotros seremos inmortales en esa salvación, no importa que se sepan nuestros nombres o no. Eso es mínimo. Lo importante es la inmortalidad. Esa inmortalidad se logra en las obras, en la memoria que uno deja en los otros. Esa memoria puede ser nimia, puede ser una frase cualquiera. Por ejemplo: «Fulano de tal, más vale perderlo que encontrarlo». Y no sé quién inventó esa frase, pero cada vez que la repito yo soy ese hombre. ¿Qué importa que ese modesto compadrito haya muerto, si vive en mí y en cada uno que repita esa frase?"

Joseto Contreras said...

Después de haberla leído, elijo esa clase del 9 de junio del 78', aunque lo más probable es que no hubiera asistido (claro, ¿un tonto como yo en Belgrano?).Bueno, el punto es que mi clase corresponde a la de Borges sobre Swedenborg.

Estoy seguro que mi elección no se basa en motivos intelectuales, ni de identificación, ni de ninguna cursilería de frase que me haya captado enel momento. Con Swedenborg me reí. Línea por línea el desgraciado de Borges la hizo denuevo, y me hizo reír, pero más de lo normal con esta clase.¿Podría pensar que Borges está loco por creer que Swedenborg de verdad viajó al cielo y al infierno, t¡y que se codeó con los ángeles y demonios? Me encantaría creerlo, pero la verdad, es que Jorge Luis Isidoro escribe (y habla) demasiado bien como para crer que estaba loco. Y exactamente pasó lo mismo con Emanuel, el viejo estaba "loco", pero no podía, ¡escribía demasiado bien! Escuchemos al "loco" hablando del otro "loco":

"Pues bien, Jesús le dijo que le encomendaba la misión de renovar la Iglesia y que le sería permitido visitar el otro mundo, el mundo de los espíritus, con sus innumerables cielos e infiernos. Que tenía el deber de estudiar la Escritura Sagrada. Antes de escribir nada, le de-dicó dos años al estudio de la lengua hebrea, porque quería leer los textos originales. Volvió a estudiar los textos, y creyó encontrar en ellos el fundamento de su doctrina un poco a la manera de los cabalistas, que encuentran razones a lo que buscan en el texto sagrado."

Y lo más divertido (a mi parecer) es la manera en que Borges trata de meterse en su maravillosa descripción a SwedenBORG(ES). Pero seamos sinceros, Borges se adueñó de Swedenborg, tal como lo hizo con otros mil autores y eruditos, que no conoceríamos si no fuera por él. Es como si fuera Borges el que viajó a otros tiempos, cielos, infiernos, y se trajo a estos ángeles/demonios.

Joseto Contreras said...

Escribí más de lo que yo creía.

Daniela Navarrete said...

Luego de todas las clases que tuvimos con Borges, decidí quedarme con la del día 24 de mayo de 1978 (17 años antes de mi nacimiento). Quizás esta sea la clase más básica de todas, pero como una simple alumna de IVº medio, considero que lo primero que debo hacer es aprender a leer (tarea que por lo cierto no es nada de fácil).
Se me hizo difícil escoger un párrafo, preferí escoger tres citas de distintos párrafos: “Lo más importante de un libro es la voz del autor, esa voz que llega a nosotros”, “Cada vez que leemos un libro este a cambiado, la connotación de las palabras es otra” y “Poner un libro en manos de un ignorante es tan peligroso como poner una espada en las manos de un niño”.
Una clase simple, que nos enseña a leer y a acercarnos a los libros, pero no obstante de la simplicidad en lo que dice, es la clase base para todas la otras. Si no sabemos leer no somos capaces de entender el tema de la inmortalidad, menos aún lo que nos quiere decir Emanuel Swedenborg, descubrir la verdad sobre los cuentos policiales, o manejar los tiempos en un relato.
Borges me enseña a leer con calma, a llegar al fondo de los significados de los distintos libros, a entender la importancia de leer, releer y volver a hacerlo, a nunca aburrirme con esto ya que siempre voy a encontrar un significado distinto.
La verdad es que hoy, me considero una ignorante de la lectura, me queda un largo camino por aprender, y ciertamente, un camino que no va a terminar nunca. Pero hoy se que para empezar este proceso, no hay más opciones que no sean leer, leer y releer.

A.D said...

23 de Junio de 1978.
"El del tiempo es nuestro problema. ¿Quién soy yo? ¿Quién es cada uno de nosotros? ¿Quienes somos? Quizá lo sepamos alguna vez. Quizá no. Pero mientras tanto, como dijo San Agustín, mi alma arde porque quiero saberlo"
El tiempo no tiene principio ni fin, bueno, hablar sobre él tampoco lo tiene, debería estar eternamente comenzando y eternamente terminando, porque en realidad si tiene principio y fin; la eternidad. Ahora pienso, podría haber hablado sobre la inmortalidad, porque es eternidad y de ella deriva el tiempo (no en un tiempo).Pero, en primer lugar, el tiempo es, de cierta forma, más real porque es la manera en que la eternidad se presenta (aunque eso depende del punto de vista, porque por otro lado la eternidad es lo que existe y el tiempo es solo su manifestación, pero me refiero a que tenemos contacto directo con el tiempo) y, en segundo lugar, porque, a mi parecer, la inmortalidad es la eternidad a la que se quiere llegar con el tiempo; de esta situación deriva la naturaleza sucesiva del tiempo: es un progreso desde la eternidad hacia ella, pero para mi, a la que se llega es pero no es la misma que la inicial, creo que, para el ser humano, la eternidad fin es la inmortalidad, por lo tanto la inmortalidad es eternidad pero no al revés. La inmortalidad es la forma de la eternidad después del tiempo para el hombre. Así, todo el Borges, oral, o todo Borges tiene presencia de eternidad y tiempo, pero elijo el tiempo, porque este es el problema real, la eternidad es la solución que damos al problema del tiempo, el tiempo nos hace cuestionar la existencia de instantes y de eternidad y del tiempo en sí. En realidad me gustó esta clase también porque, a diferencia de las otras, quedé totalmente perdida, aunque entendiendo, inquieta por el problema del tiempo y, además, me entretuve con Borges.

Sta. Sierpe said...

Como mi queridísima Daniela Navarrete, yo también quiero recordar ese 24 de Mayo de 1978 (38 años después del nacimiento de Joseph Brodsky, escritor ruso-estadounidense, Premio Nobel de Literatura en 1987, y 42 años después del nacimiento del gran Luis Llongeras, peluquero español). ¿Por qué lo escojo? Porque es la primera conferencia que dio, por lo tanto es en esta en la que se presenta, y comienza a introducirnos en su mundo de letras, tiempo, y personas. Asi que... como nadie quiere perderse su primer día de clases (por lo menos yo no, o tal vez yo si, pero mi otro yo no), yo hubiera asistido a ésta.
En este día, Borges me habló un poco sobre el Libro, con su ritmo calmado y lento, el que no puedo dejar de leer imaginándolo como un cuento relatado por un abuelito simpaticón.
¿Qué aprendí después de leerlo? Y bue, ahora veo las cosas distintas che. Un libro es mucho más que un conjunto de páginas con dos tapas duras. ¿Cómo voy a poder tocar a una extensión de la memoria y de la imaginación? La palabra "libro" le queda chica a todo lo que abarca, es un canal por el que nos comunicamos con voces del pasado, voces que nos quieren decir algo, pero sólo lo pueden hacer si nosotros las dejamos hablar. El libro será libro mientras sea leído o releído, ni antes, ni después.
Y... ¿conocí a alguien después de leerlo? ¡SÍ! a Montaigne, el maestro de los maestros, y otra razón para escoger al libro como mi clase preferida. Yo quiero a este señor, porque dice que un libro no debe requerir esfuerzo, ya que la felicidad no tiene por qué requerir esfuerzo. Después de leer eso, el foco de mis siguientes lecturas cambió, ya que ahora leo para estar feliz.

Eso era lo que quería decirles hoy.