Basta señora arpa de las bellas imágenes,
de los furtivos comos iluminados.
Otra cosa, otra cosa buscamos.
Sabemos posar un beso como una mirada
Plantar miradas como árboles...
Este blog está orientado a trabajar con los estudiantes interesados en la literatura.
Wednesday, August 19, 2015
Kafka nunca fue libre. Argentinos con piyama de judío.
13 comments:
María José Cornejo Griffin
said...
Esa sensación de pequeñez ante el mundo, incertidumbre sobre la propia vida, la humanidad y sus alineaciones, probablemente será la consecuencia inmediata de leer (si es que realmente lo hacemos) a Franz Kafka. No me quiero referir a aquellas situaciones, no quiero entrar en lo “kafkiano” propiamente tal. Estoy convencida de que en definitiva hay algo más fuera del universo angustioso y opresivo creado y descrito por el autor, hay un destello de luz en medio de miles de kilómetros de profunda oscuridad. Entre las largas y tormentosas tinieblas, el sol efímero. La civilización racionalista, llena de plástico es lo que destruye a Kafka, ya que sabe que lo más maravilloso del mundo trasciende de la lógica, que el mundo sensible significa una explosión para el mundo inteligible. En un principio estaba convencida de que Anschel se había salvado de aquel mundo, se había salvado del siglo XX, pero luego comprendí que el arte es la máxima revolución, no el máximo escape. Kafka no glorifica el mundo sometiéndose en él, sino que se resiste a él mediante la no-violencia, por eso escribe, no se escapa, no se salva, es crítico y se opone. Creo que su resistencia fue admirable, digna y humana dentro de lo que fue el siglo más sórdido, violento y con las tres mayores guerras que la humanidad ha desatado. Kafka propone una revolución desde lo literario, y díganme que no es más valioso tomar el pincel que la pistola. Hay un destello de esperanza en cada cosa que leo, a pesar de que el final no sea esperanzador, los momentos de mayor lucidez de Franz se encuentran ahí.
Una pequeña fábula Franz Kafka
¡Ay! -dijo el ratón-. El mundo se hace cada día más pequeño. Al principio era tan grande que le tenía miedo. Corría y corría y por cierto que me alegraba ver esos muros, a diestra y siniestra, en la distancia. Pero esas paredes se estrechan tan rápido que me encuentro en el último cuarto y ahí en el rincón está la trampa sobre la cual debo pasar.
-TODO LO QUE DEBES HACER ES CAMBIAR DE RUMBO -dijo el gato... y se lo comió.
Kafka se enfrenta, mirando a los ojos, al único juez inapelable, el destino. Una vez tomada su resolución nada la puede cambiar, pues ya esta en las cadenas del pasado, colgadas en los bracitos de Franz. La fuerza incomprensible es la fuerza de las decisiones y acontecimientos, que te hacen esclavo de tu libertad, que en realidad parece no serlo. Nuestro judío bien se mantiene con la carne abierta a la áspera condena del presente invariable, que lo castiga, pero él nunca sabrá porque, y esa es la peor de las culpas. No es ni la culpa de Fiodor frente al crimen ni la de Freud frente al castigo/consecuencia, sino la culpa por la responsabilidad que sentimos frente a los acontecimientos que no somos capaces de controlar ni comprender su causa. A José K. nunca se le dice el motivo de su culpa, frente a un proceso como el que vivía Franz cuando pequeño al sufrir los castigos de su padre, sin entender por qué. Esto crea los peores fantasmas que se encargan de carcomer las entrañas buscando la culpa, que parece estar en todas partes menos en donde se mira. El destino castiga imparcialmente o se mantiene indiferente y absoluto, dejando a Kafka con la llaga del remordimiento abierta en el tiempo, sin poder encontrar su horrible crimen ni su horrible castigo. La culpa no se aferra a nada, sino que se encuentra en el vacío, como una estrella, ardiendo.
Cuento: Una confusión cotidiana (ilustra bastante bien lo absoluto de los acontecimientos, y su incomprensión) Ensayo: "Con la ayuda de Kafka", Ricardo Lleyassoff
Franz Kafka, un grande. Angustia, tristeza, depresión; todo puede y va a ser peor. En la mayoría de sus escrituras, si no son todas, vemos este estilo. Pero ahora quiero hablar de un procedimiento llamado "regresus in infinitum" utilizado por este gigante escritor. kafka fue uno de los primeros en aplicar este procedimiento a la literatura, el cual consiste en la imposibilidad que se le da al transcurso del tiempo y al movimiento. Franz le da una característica infinita a algunos de sus cuentos, viendo la inexistencia del tiempo. Es muy claro en el cuento "La partida", donde podemos ver que el protagonista no sale de su punto de partida nunca, siendo su meta simplemente el partir. Esta es la forma de escritura que utiliza en alguno de sus cuentos, formando una interrogante en el lector ya que se crea un mundo totalmente misterioso. Los cuentos que presentan este modo tienen frenos por así decirlo para que el cuento no avanze y se quede estancado infinitamente. También se puede ver esto en la paradoja del Zenón de Eléa, donde el cetro es cortado por la mitad cada vez que hay un nuevo rey, siendo esto infinito.
Ensayo: Comentario de Borges sobre Kafka Cuento: "La partida"
Apariencias, una noche oscura y la respuesta de un hombre ante lo que parece un abrumador destino. Kafka. El contexto de este hombre lo determina todo, pero no es el porvenir de las guerras más violentas de la historia, quizá Franz no lo tomaba en cuenta o quizá sí, pero lo que en verdad afecta a este intelectual es el presente, es su sociedad. En plena revolución industrial su sociedad estaba estancada entre patrón y trabajador (aplastados como simples insectos), Kafka lo sabía pero que podía ser él por su sociedad, desde su posición absolutamente nada, él lo sabía y se pone a escribir. Cuando el poder abrumador y sofocante domina, él se pone a escribir, lo único que un intelectual sabe hacer. En conclusión Kafka esta consiente de lo que pasa y de lo que él hace. Y talvez nunca se enteró de lo que logró, encontrar la solución que él no creía poder realizar. ¿Es Kafka un conformista?, no, ¿es Kafka un ignorante y solo escribía para él?, no. Pero ¿deberíamos pensar que él sabía lo que el destino deparaba, la violencia que venía como un tren sin freno e idolatrarlo por ello? Encontró la mejor respuesta sin saberlo y ello es digno de admiración, no una profecía rellenada por otros tantos contemporáneos. Se da cuenta que uno “tiene más fuerza para provocar y soportar el más rápido cambio que necesidad de hacerlo.” ¡Ante el sometimiento, letras! Cuento: El paseo repentino. Ensayo: La metamorfosis de Kafka.
Según Zenda Liendevit, la creación de una obra implica la construcción física de esta ya que, según sus propias palabras "experimentar una obra es en principio un asunto corporal". Kafka, además de escritor y abogado, fue arquitecto. Un diseñador silencioso, que va tejiendo una trama infinita, un laberinto con una única entrada y sin salida. En "Ante la ley" la arquitectura no sólo está formada por la cantidad desconocida pero numerosa de puertas que cruzar, sino también por los guardianes, cada vez más poderosos, que impiden el paso a todos aquellos que quieran cruzar. Sólo podemos definir esta infinita secuencia como kafkiana; la imposibilidad, el extrañamiento y la derrota. Pero hay que destacar que, detrás de esta imagen pesimista que nos plantea Kafka, existe la esperanza. El campesino no se va de la Ley, sino que se queda ahí, expectante al momento en que le permitan el paso, formando un puente entre la situación kafkiana y el lector. El personaje también es parte de la arquitectura de Kafka, es el puente que une esta situación posible pero poco corriente con nosotros, los lectores. Los personajes nos provocan rechazo, no queremos sufrir su suerte, pero al ser humanos, normales y corrientes nos hacemos conscientes de que la desgracia nos podría ocurrir. Como todo diseñador experto, Kafka usa la luz para su mayor provecho. En "Ante la ley", a medida que las posibilidades de entrar al edificio disminuye, también lo hace la vista del hombre, la luz se apaga, la oscuridad invade. Esa oscuridad a la que tanto tenemos miedo, todo se vuelve peor, más nos adentramos en el laberinto, más nos alejamos de la única entrada. Finalmente, podemos destacar también la presencia de la burocracia en los relatos de Kafka, este proceso infinito para poder entrar la ley ¿Con qué propósito? No lo sabemos, pues para Kafka los procesos nunca terminan ya que todo esfuerzo es imposible y en vano.
Franz Kafka: ¿Quién fue en realidad? No estoy seguro de que sea una pregunta común, pero lo que sí sé es que causa mucha curiosidad. Muchos conocemos al menos un poco de la vida de Kafka, como por ejemplo los problemas que tuvo con su padre, los traumas de poder y lo absurdo de su obra. Hasta hoy hay muchas personas que dedican muchísimo tiempo a la interpretación de su escritura, tomando como referencia diferentes corrientes literarias. Sin embargo, es increíblemente difícil deducir a la mismísima persona de Kafka a través de simplemente sus escritos. Así que, ¿quién fue él realmente? En un ensayo escrito por Juan Forn, este nos habla de que ha habido muchos Kafkas distintos en todos los escritos acerca de él. Académicos, eruditos, y hasta el término kafkólogo ha sido utilizado para definir a quienes pasan continuamente analizando al mismo escritor y su literatura. Es por esto que Forn nos recomienda guiarnos por quienes conocieron a Kafka. Estos son, esencialmente, Max Brod (amigo cercano a quien Kafka pidió quemar todo lo que escribió) y Gustav Janouch (joven que escribió cada conversación que tuvieron). Muchos ven a estos dos últimos como personas que no comprendían a Kafka en absoluto (que bien puede ser cierto a mi parecer) y se dedican a desacreditarlos. Dicen que Brod traicionó a su amigo por publicar sus escritos en lugar de quemarlos y que Janouch era un simple joven que jamás podría siquiera acercarse al nivel de quien él mismo dijo, fue la principal referencia moral de su existencia. Pero yo discrepo. Agradezco a Janouch por darnos a conocer sus conversaciones privadas con el hombre, lo que también nos da una cierta perspectiva de cómo era él. Pero sobretodo le doy las gracias a Brod por publicar los textos de su amigo, ya que hoy en día muchos podemos disfrutarlos. En fin, si tuviera que concluir esto de alguna forma sería diciendo que leer a Kafka es imprescindible para conocer la literatura universal, por su influencia en esta y por los temas que toca desde su experiencia, tales como la brutalidad física y psicológica, rompecabezas burocráticos o los conflictos padre-hijo. Todo se ve perfectamente en su carta a su padre (Padres e hijos) y también en su cuento Un médico rural, ya que en ellos vemos casi todos los temas de su obra. Finalmente, puedo decir que cada uno puede crearse una idea propia del hombre y que la alimenten a partir de fuentes confiables como las que ya mencioné. Simplemente lean y lean, porque este tipo nos deja desconcertados a todos a un nivel en que se disfruta.
No malinterpreten este título ni saquen sus antorchas y estacas, Franz Kafka es un gran autor, uno de los mejores. El problema es cuando cada quien lo puede leer y decir “este tipo piensa igual a mí”, por más distinto que estos pensamientos sean. En el ensayo de Gustavo Artiles, ensayista, periodista, traductor y profesor venezolano, titulado “La sobreestimación de Kafka (una herejía)”, plantea el punto de que el pensamiento de Kafka es el de un hombre desconforme y preocupado por su mundo. En el ensayo, plantea ademas que uno de los problemas con Kafka es el sinnúmero de interpretaciones de sus textos con distintos enfoques sociopolíticos. Esta no es precisamente una sobreestimación como plantea Artiles, sino que es la problemática de excesivas interpretaciones. Lo que hay que comprender es que Kafka, y por consiguiente sus textos, tiene ideas y opiniones propias, y no es, como pareciera que lo tratamos, una serie de jeroglíficos abiertos a la libre interpretación de sus descubridores. Uno no puede tomar un texto como lo es “un mensaje imperial” e interpretarlo tanto como una queja del egoísmo de la sociedad, una lucha por la liberación personal, una forma de dar sentido a lo que sucede con la condición humana, la imposibilidad de lograr la felicidad, la angustia del no conocerlo todo, y otras tantas interpretaciones que se han hecho del texto. Este punto está en que a Kafka se le ve de judío, alemán, intelectual, proletario, visionario y ser dañado al mismo tiempo y por distintas personas. Para verdaderamente comprender y valorar a Kafka hay que comprenderlo por quien él era, y no verlo como quisiésemos que fuese, ya sea esto un rebelde que va contra el sistema, o un visionario marxista, un judío que temía al antisemitismo, o a un alemán preocupado por las nuevas corrientes fascistas, sino a un hombre impotente e inseguro frente a los cambios del mundo, que todo lo que puede hacer es tratar de mostrar su mentalidad intelectual y tratar de hacernos ver en lo que nos estamos convirtiendo.
“El arquitecto , como todo artista , entabla con el agua , con el viento , con la tierra , quizás con un ‘otro’ , un duelo de voluntades para que su obra se mantenga erguida y sólida. Para que sea . ” La escritora paraguaya Zenda Liendivit relaciona la literatura de Franz Kafka de forma directa con la arquitectura . El escritor checo suele tejer tramas infinitas que tienden a terminar en un callejón sin salida y por lo general nos invita a recorrer su escritura a través de murallas , castillos , laberintos , escaleras y todo tipo de construcciones ; usando elementos como el fracaso , la desesperación e incluso la esperanza . En “Un mensaje imperial” , la trama se basa en el deseo y en la ilusión de alcanzar la grandeza , sobre como el emperador desde su lecho de muerte le envía un mensaje a un humilde e insignificante hombre . Pero el mensaje no va a llegar . Cámaras , escaleras , cortes y palacios interminables separan al mensaje de su destinatario , otra vez el fracaso es inminente. Pero a pesar de esto la esperanza se mantiene intacta , el hombre insignificante aún sueña con la llegada del mensajero , porque como dijo Blanchot : "nunca hay que acabar con lo indefinido" , por más marcada que este la trayectoria de la derrota.
Cuento: "Un mensaje imperial" Ensayo: "Las construcciones de Kafka"
Es la madrugada de una densa noche de noviembre en Schelesen, Kafka se encuentra sin conciliar el sueño como de costumbre pero esta vez se había instalado en una oscura habitación de la pensión Studl, rodeado de la tiniebla de su aislamiento, en la esquina, pegado a la pared, la tuberculosis se estaba adueñando del terreno emocional de Kafka, Julie seguía dando vueltas en su cabeza, pero no tan seguidas como las de Felice, no estoy seguro si su juicio se encontraba en perfecto estado, sus ojos demostraban lo contrario. Estaba enfocado cien por ciento a un un lápiz, parecía eterna la relación que tenía Franz con el papel que estaba sobre su mesa, se le veía inseguro, aterrado incluso atormentado. Le escribía a su padre, pero esta vez sin recurrir a metáforas o alegorías, sin disfrazarse de personajes dominados por el poder anónimo, esta vez era una carta dirigida a él. La tinta se acababa al instante, la fuerza con la que Kafka se desahogaba hacia que se rompiera el papel al término de cada palabra, cualquiera que no lo conociera lo habría tildado de loco, de loco de patio (aunque creo que en ese momento lo estaba).Se encontraba en pleno intento de escape de la esfera paterna, se encontraba en plena lucha contra el resentimiento paternal que había dominado a Kafka durante todos sus 36 años de vida. “No hace mucho me preguntaste por qué digo que te tengo miedo. Como de costumbre, no supe qué contestarte; en parte, precisamente, por el miedo que te tengo…” Estas palabras comprenden el inicio de esta máquina edipica con la cual Kafka demuestra su incapacidad de crecimiento en el ámbito emocional con respecto a su padre, sin embargo este no es el único texto que da a conocer esta difícil relación padre e hijo, todo lo contrario es precisamente esta temática la semilla que da vida a la literatura Kafkiana.
La condena, parte también de la analogía “Padres e hijos” propuesta por Jordi Llovet es uno de los textos más crudos de Kafka y su relación con Hermann, aunque en esta ocasión acude a la metáfora. En este relato se nos presentan cuatro personajes: Georg, su prometida, un “supuesto” amigo y su padre, de los cuales dos son claramente representaciones de una persona real (Georg y su padre) y los otros personajes encarnan situaciones de la vida de Kafka como lo fue la relación con las mujeres y su refugio en el sexo como con la incapacidad de ser el mismo por la represión de su padre. Georg es Kafka y su amigo lo que Franz quería llegar a ser: un artista, un escritor con una “exótica barba” que representaría su creatividad y pensamiento, residido en Rusia, en San Petersburgo. Sin embargo este sueño se ve manchado por la figura de su padre, Kafka intenta seguir sus pasiones pero al ser rechazado por Hermann de la mano con el no conseguir ser el mismo se ve sumergido, hundido y derrumbado en una imposibilidad cuyo destino es el fracaso, se vuelve un camino inexistente. “no tienes ningún amigo en San Petersburgo” le dice el padre, niega la existencia de ese Kafka auténtico y por supuesto este se reprime en este pensamiento del padre. Por otro lado está la prometida de Franz que representa la fracasada relación de Kafka con las mujeres, parece ser que estas no fueran más que clavos hirviendo a los que se aferra Franz para escapar de su padre. Este relato finaliza con la condena del padre a la muerte de su hijo” ahora te condeno a morir ahogado” y la obediencia de este, lo cual nos da a entender la personalidad tan dependiente con su padre, y la extensa cola de autos que según el propio K. representa una “fuerte eyaculación” podemos interpretarlo como la liberación placentera y explosiva de haberse desprendido de su padre por medio del suicidio, aquí se visualiza la desesperanza de este quien solo ve la muerte como escape, se ve condenado a vivir eternamente bajo la sombra de su propio padre. Estos dos textos conforman parte del área autobiográfica e íntima de Franz Kafka y la imposibilidad de salvación de K..No encontramos nuevamente con este paternal círculo vicioso, a lo mejor en el final o quizás en el inicio, explícito como en Carta al padre o mediante signos como en la condena pero siempre manteniendo esa esencia kafkiana.” Si se analiza detenidamente la obra entera de Kafka, uno cae en la cuenta de que la figura de su padre, consciente o inconscientemente se convirtió para Franz en el núcleo simbólico y el alma de su compleja maquinaria literaria”. Texto: La Condena Ensayo: “Análisis de Carta al padre”
Hay formas de vida que buscan otras formas allí donde no hay nada, ya que desean seguir siendo. Es así, como Kafka, es un arquitecto, según Zenda Liendivit. Kafka se encarga de que su obra se mantenga erguida y sólida, tejiendo un silencioso entretejido. Si bien nos seduce inmediatamente, invitándonos a recorrer su arquitectura literaria, nos extraña también.
Tal como cada arquitecto se caracteriza propia y personalmente por ciertas innovaciones, diseños y utilización del espacio, también cada arquitecto suele tener su material de preferencia. Un material que lo permita moldear de la manera acertada lo que sus manos quieren terminar, finalizar, lograr construir como objetivo final.
Kafka, como buen arquitecto, trabaja con un singular material, el motor de los cuerpos movidos: el deseo. El extrañamiento, la imposibilidad, la derrota, la esperanza, la culpa, el fracaso, no son más que ingredientes de añadidura, pertenecientes a la base que construye toda su literatura, y más que su literatura, su propia existencia.
En el “Híbrido”, el animal si bien es mitad gato, mitad cordero, quiere también ser perro. Este personaje, ser con quien, tal como dice Zenda, no familiarizamos de inmediato, manteniendo cierta distancia, está construido por una relación de diferencias, al igual que la mayoría de los personajes de la literatura Kafkiana, y quizás, hasta él mismo: tiene características de cordero, tiene otras de gato, actitudes de ambos animales, pero es el único animal así en el mundo. Aparece, como es característico de Kafka, el miedo, las lágrimas, el animal llora. Tiene las inquietudes tanto del cordero como del gato. Quien lo cuida al darse cuenta, hace como si lo entendiera solo para complacerlo, sin hacerlo realmente. Lo exhibe y los observadores lo aceptan resignadamente. El animal sigue inquieto, ignorando el temor, sin dejar en ningún momento de ser fiel a su dueño. “¿Por qué hay un solo animal así? ¿Por qué soy yo el poseedor y no otro?”
¿Por qué llora el animal? Al igual que K en El Castillo, el animal es consciente de que está fuera del mundo, pero quiere acceder a la meta suprema, ese sitio un poco decepcionante que se levanta allá a lo lejos. El híbrido aspira a la vana ilusión de que existe una salvación frente a su condena.
Es así, como en la construcción claro-oscura de Kafka, el motor es el deseo. K se va embelleciendo por el reflejo de la muerte que avanza como una luz verdadera sobre su rostro. Pero, finalmente, ¿puede Kafka construir? Si bien no puede jamás echar fundaciones sólidas, ya que el único suelo que conoce es el vacío, Kafka logra hablarnos elocuentemente, iluminando clarooscuramente sin pretensiones de oscurecer ni aclarar nada. Kafka lucha incesantemente tal como todos los arquitectos, tal como todos los personajes en su literatura: el deseo lo mueve impacientemente a llegar a la meta. Kafka es un híbrido más, un arquitecto más intentando terminar su construcción claro oscura, deseando profundamente llegar a la meta.
“Tal vez la cuchilla del carnicero fuera la redención para este animal, pero él es una herencia y debo negársela. Por eso deberá esperar hasta que se le acabe el aliento, aunque a veces me mira con razonables ojos humanos, que me instigan al acto razonable.”
Texto: El híbrido Ensayo: "Las construcciones de Kafka", de Zenda Liendivit
13 comments:
Esa sensación de pequeñez ante el mundo, incertidumbre sobre la propia vida, la humanidad y sus alineaciones, probablemente será la consecuencia inmediata de leer (si es que realmente lo hacemos) a Franz Kafka. No me quiero referir a aquellas situaciones, no quiero entrar en lo “kafkiano” propiamente tal. Estoy convencida de que en definitiva hay algo más fuera del universo angustioso y opresivo creado y descrito por el autor, hay un destello de luz en medio de miles de kilómetros de profunda oscuridad. Entre las largas y tormentosas tinieblas, el sol efímero.
La civilización racionalista, llena de plástico es lo que destruye a Kafka, ya que sabe que lo más maravilloso del mundo trasciende de la lógica, que el mundo sensible significa una explosión para el mundo inteligible. En un principio estaba convencida de que Anschel se había salvado de aquel mundo, se había salvado del siglo XX, pero luego comprendí que el arte es la máxima revolución, no el máximo escape. Kafka no glorifica el mundo sometiéndose en él, sino que se resiste a él mediante la no-violencia, por eso escribe, no se escapa, no se salva, es crítico y se opone. Creo que su resistencia fue admirable, digna y humana dentro de lo que fue el siglo más sórdido, violento y con las tres mayores guerras que la humanidad ha desatado. Kafka propone una revolución desde lo literario, y díganme que no es más valioso tomar el pincel que la pistola. Hay un destello de esperanza en cada cosa que leo, a pesar de que el final no sea esperanzador, los momentos de mayor lucidez de Franz se encuentran ahí.
Una pequeña fábula
Franz Kafka
¡Ay! -dijo el ratón-. El mundo se hace cada día más pequeño. Al principio era tan grande que le tenía miedo. Corría y corría y por cierto que me alegraba ver esos muros, a diestra y siniestra, en la distancia. Pero esas paredes se estrechan tan rápido que me encuentro en el último cuarto y ahí en el rincón está la trampa sobre la cual debo pasar.
-TODO LO QUE DEBES HACER ES CAMBIAR DE RUMBO -dijo el gato... y se lo comió.
Kafka se enfrenta, mirando a los ojos, al único juez inapelable, el destino. Una vez tomada su resolución nada la puede cambiar, pues ya esta en las cadenas del pasado, colgadas en los bracitos de Franz. La fuerza incomprensible es la fuerza de las decisiones y acontecimientos, que te hacen esclavo de tu libertad, que en realidad parece no serlo. Nuestro judío bien se mantiene con la carne abierta a la áspera condena del presente invariable, que lo castiga, pero él nunca sabrá porque, y esa es la peor de las culpas. No es ni la culpa de Fiodor frente al crimen ni la de Freud frente al castigo/consecuencia, sino la culpa por la responsabilidad que sentimos frente a los acontecimientos que no somos capaces de controlar ni comprender su causa. A José K. nunca se le dice el motivo de su culpa, frente a un proceso como el que vivía Franz cuando pequeño al sufrir los castigos de su padre, sin entender por qué. Esto crea los peores fantasmas que se encargan de carcomer las entrañas buscando la culpa, que parece estar en todas partes menos en donde se mira. El destino castiga imparcialmente o se mantiene indiferente y absoluto, dejando a Kafka con la llaga del remordimiento abierta en el tiempo, sin poder encontrar su horrible crimen ni su horrible castigo. La culpa no se aferra a nada, sino que se encuentra en el vacío, como una estrella, ardiendo.
Cuento: Una confusión cotidiana (ilustra bastante bien lo absoluto de los acontecimientos, y su incomprensión)
Ensayo: "Con la ayuda de Kafka", Ricardo Lleyassoff
Franz Kafka, un grande. Angustia, tristeza, depresión; todo puede y va a ser peor. En la mayoría de sus escrituras, si no son todas, vemos este estilo. Pero ahora quiero hablar de un procedimiento llamado "regresus in infinitum" utilizado por este gigante escritor. kafka fue uno de los primeros en aplicar este procedimiento a la literatura, el cual consiste en la imposibilidad que se le da al transcurso del tiempo y al movimiento. Franz le da una característica infinita a algunos de sus cuentos, viendo la inexistencia del tiempo. Es muy claro en el cuento "La partida", donde podemos ver que el protagonista no sale de su punto de partida nunca, siendo su meta simplemente el partir. Esta es la forma de escritura que utiliza en alguno de sus cuentos, formando una interrogante en el lector ya que se crea un mundo totalmente misterioso. Los cuentos que presentan este modo tienen frenos por así decirlo para que el cuento no avanze y se quede estancado infinitamente. También se puede ver esto en la paradoja del Zenón de Eléa, donde el cetro es cortado por la mitad cada vez que hay un nuevo rey, siendo esto infinito.
Ensayo: Comentario de Borges sobre Kafka
Cuento: "La partida"
Apariencias, una noche oscura y la respuesta de un hombre ante lo que parece un abrumador destino. Kafka. El contexto de este hombre lo determina todo, pero no es el porvenir de las guerras más violentas de la historia, quizá Franz no lo tomaba en cuenta o quizá sí, pero lo que en verdad afecta a este intelectual es el presente, es su sociedad. En plena revolución industrial su sociedad estaba estancada entre patrón y trabajador (aplastados como simples insectos), Kafka lo sabía pero que podía ser él por su sociedad, desde su posición absolutamente nada, él lo sabía y se pone a escribir. Cuando el poder abrumador y sofocante domina, él se pone a escribir, lo único que un intelectual sabe hacer.
En conclusión Kafka esta consiente de lo que pasa y de lo que él hace. Y talvez nunca se enteró de lo que logró, encontrar la solución que él no creía poder realizar. ¿Es Kafka un conformista?, no, ¿es Kafka un ignorante y solo escribía para él?, no. Pero ¿deberíamos pensar que él sabía lo que el destino deparaba, la violencia que venía como un tren sin freno e idolatrarlo por ello? Encontró la mejor respuesta sin saberlo y ello es digno de admiración, no una profecía rellenada por otros tantos contemporáneos.
Se da cuenta que uno “tiene más fuerza para provocar y soportar el más rápido cambio que necesidad de hacerlo.”
¡Ante el sometimiento, letras!
Cuento: El paseo repentino.
Ensayo: La metamorfosis de Kafka.
Según Zenda Liendevit, la creación de una obra implica la construcción física de esta ya que, según sus propias palabras "experimentar una obra es en principio un asunto corporal". Kafka, además de escritor y abogado, fue arquitecto. Un diseñador silencioso, que va tejiendo una trama infinita, un laberinto con una única entrada y sin salida.
En "Ante la ley" la arquitectura no sólo está formada por la cantidad desconocida pero numerosa de puertas que cruzar, sino también por los guardianes, cada vez más poderosos, que impiden el paso a todos aquellos que quieran cruzar. Sólo podemos definir esta infinita secuencia como kafkiana; la imposibilidad, el extrañamiento y la derrota. Pero hay que destacar que, detrás de esta imagen pesimista que nos plantea Kafka, existe la esperanza. El campesino no se va de la Ley, sino que se queda ahí, expectante al momento en que le permitan el paso, formando un puente entre la situación kafkiana y el lector. El personaje también es parte de la arquitectura de Kafka, es el puente que une esta situación posible pero poco corriente con nosotros, los lectores. Los personajes nos provocan rechazo, no queremos sufrir su suerte, pero al ser humanos, normales y corrientes nos hacemos conscientes de que la desgracia nos podría ocurrir.
Como todo diseñador experto, Kafka usa la luz para su mayor provecho. En "Ante la ley", a medida que las posibilidades de entrar al edificio disminuye, también lo hace la vista del hombre, la luz se apaga, la oscuridad invade. Esa oscuridad a la que tanto tenemos miedo, todo se vuelve peor, más nos adentramos en el laberinto, más nos alejamos de la única entrada.
Finalmente, podemos destacar también la presencia de la burocracia en los relatos de Kafka, este proceso infinito para poder entrar la ley ¿Con qué propósito? No lo sabemos, pues para Kafka los procesos nunca terminan ya que todo esfuerzo es imposible y en vano.
http://www.accionarte.com/kafka/html/ensayos/ensayos/ensayo08-liendivit-elementosvitales.htm
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/euro/kafka/ante_la_ley.htm
Franz Kafka: ¿Quién fue en realidad?
No estoy seguro de que sea una pregunta común, pero lo que sí sé es que causa mucha curiosidad. Muchos conocemos al menos un poco de la vida de Kafka, como por ejemplo los problemas que tuvo con su padre, los traumas de poder y lo absurdo de su obra. Hasta hoy hay muchas personas que dedican muchísimo tiempo a la interpretación de su escritura, tomando como referencia diferentes corrientes literarias. Sin embargo, es increíblemente difícil deducir a la mismísima persona de Kafka a través de simplemente sus escritos. Así que, ¿quién fue él realmente?
En un ensayo escrito por Juan Forn, este nos habla de que ha habido muchos Kafkas distintos en todos los escritos acerca de él. Académicos, eruditos, y hasta el término kafkólogo ha sido utilizado para definir a quienes pasan continuamente analizando al mismo escritor y su literatura. Es por esto que Forn nos recomienda guiarnos por quienes conocieron a Kafka. Estos son, esencialmente, Max Brod (amigo cercano a quien Kafka pidió quemar todo lo que escribió) y Gustav Janouch (joven que escribió cada conversación que tuvieron).
Muchos ven a estos dos últimos como personas que no comprendían a Kafka en absoluto (que bien puede ser cierto a mi parecer) y se dedican a desacreditarlos. Dicen que Brod traicionó a su amigo por publicar sus escritos en lugar de quemarlos y que Janouch era un simple joven que jamás podría siquiera acercarse al nivel de quien él mismo dijo, fue la principal referencia moral de su existencia.
Pero yo discrepo. Agradezco a Janouch por darnos a conocer sus conversaciones privadas con el hombre, lo que también nos da una cierta perspectiva de cómo era él. Pero sobretodo le doy las gracias a Brod por publicar los textos de su amigo, ya que hoy en día muchos podemos disfrutarlos.
En fin, si tuviera que concluir esto de alguna forma sería diciendo que leer a Kafka es imprescindible para conocer la literatura universal, por su influencia en esta y por los temas que toca desde su experiencia, tales como la brutalidad física y psicológica, rompecabezas burocráticos o los conflictos padre-hijo.
Todo se ve perfectamente en su carta a su padre (Padres e hijos) y también en su cuento Un médico rural, ya que en ellos vemos casi todos los temas de su obra.
Finalmente, puedo decir que cada uno puede crearse una idea propia del hombre y que la alimenten a partir de fuentes confiables como las que ya mencioné. Simplemente lean y lean, porque este tipo nos deja desconcertados a todos a un nivel en que se disfruta.
- Eduardo Mendoza III°C
La sobrevaloración de Kafka
No malinterpreten este título ni saquen sus antorchas y estacas, Franz Kafka es un gran autor, uno de los mejores. El problema es cuando cada quien lo puede leer y decir “este tipo piensa igual a mí”, por más distinto que estos pensamientos sean.
En el ensayo de Gustavo Artiles, ensayista, periodista, traductor y profesor venezolano, titulado “La sobreestimación de Kafka (una herejía)”, plantea el punto de que el pensamiento de Kafka es el de un hombre desconforme y preocupado por su mundo. En el ensayo, plantea ademas que uno de los problemas con Kafka es el sinnúmero de interpretaciones de sus textos con distintos enfoques sociopolíticos. Esta no es precisamente una sobreestimación como plantea Artiles, sino que es la problemática de excesivas interpretaciones. Lo que hay que comprender es que Kafka, y por consiguiente sus textos, tiene ideas y opiniones propias, y no es, como pareciera que lo tratamos, una serie de jeroglíficos abiertos a la libre interpretación de sus descubridores. Uno no puede tomar un texto como lo es “un mensaje imperial” e interpretarlo tanto como una queja del egoísmo de la sociedad, una lucha por la liberación personal, una forma de dar sentido a lo que sucede con la condición humana, la imposibilidad de lograr la felicidad, la angustia del no conocerlo todo, y otras tantas interpretaciones que se han hecho del texto. Este punto está en que a Kafka se le ve de judío, alemán, intelectual, proletario, visionario y ser dañado al mismo tiempo y por distintas personas.
Para verdaderamente comprender y valorar a Kafka hay que comprenderlo por quien él era, y no verlo como quisiésemos que fuese, ya sea esto un rebelde que va contra el sistema, o un visionario marxista, un judío que temía al antisemitismo, o a un alemán preocupado por las nuevas corrientes fascistas, sino a un hombre impotente e inseguro frente a los cambios del mundo, que todo lo que puede hacer es tratar de mostrar su mentalidad intelectual y tratar de hacernos ver en lo que nos estamos convirtiendo.
Franz Kafka : el arquitecto de la literatura
“El arquitecto , como todo artista , entabla con el agua , con el viento , con la tierra , quizás con un ‘otro’ , un duelo de voluntades para que su obra se mantenga erguida y sólida. Para que sea . ”
La escritora paraguaya Zenda Liendivit relaciona la literatura de Franz Kafka de forma directa con la arquitectura . El escritor checo suele tejer tramas infinitas que tienden a terminar en un callejón sin salida y por lo general nos invita a recorrer su escritura a través de murallas , castillos , laberintos , escaleras y todo tipo de construcciones ; usando elementos como el fracaso , la desesperación e incluso la esperanza .
En “Un mensaje imperial” , la trama se basa en el deseo y en la ilusión de alcanzar la grandeza , sobre como el emperador desde su lecho de muerte le envía un mensaje a un humilde e insignificante hombre . Pero el mensaje no va a llegar . Cámaras , escaleras , cortes y palacios interminables separan al mensaje de su destinatario , otra vez el fracaso es inminente.
Pero a pesar de esto la esperanza se mantiene intacta , el hombre insignificante aún sueña con la llegada del mensajero , porque como dijo Blanchot : "nunca hay que acabar con lo indefinido" , por más marcada que este la trayectoria de la derrota.
Cuento: "Un mensaje imperial"
Ensayo: "Las construcciones de Kafka"
Es la madrugada de una densa noche de noviembre en Schelesen, Kafka se encuentra sin conciliar el sueño como de costumbre pero esta vez se había instalado en una oscura habitación de la pensión Studl, rodeado de la tiniebla de su aislamiento, en la esquina, pegado a la pared, la tuberculosis se estaba adueñando del terreno emocional de Kafka, Julie seguía dando vueltas en su cabeza, pero no tan seguidas como las de Felice, no estoy seguro si su juicio se encontraba en perfecto estado, sus ojos demostraban lo contrario. Estaba enfocado cien por ciento a un un lápiz, parecía eterna la relación que tenía Franz con el papel que estaba sobre su mesa, se le veía inseguro, aterrado incluso atormentado. Le escribía a su padre, pero esta vez sin recurrir a metáforas o alegorías, sin disfrazarse de personajes dominados por el poder anónimo, esta vez era una carta dirigida a él. La tinta se acababa al instante, la fuerza con la que Kafka se desahogaba hacia que se rompiera el papel al término de cada palabra, cualquiera que no lo conociera lo habría tildado de loco, de loco de patio (aunque creo que en ese momento lo estaba).Se encontraba en pleno intento de escape de la esfera paterna, se encontraba en plena lucha contra el resentimiento paternal que había dominado a Kafka durante todos sus 36 años de vida.
“No hace mucho me preguntaste por qué digo que te tengo miedo. Como de costumbre, no supe qué contestarte; en parte, precisamente, por el miedo que te tengo…” Estas palabras comprenden el inicio de esta máquina edipica con la cual Kafka demuestra su incapacidad de crecimiento en el ámbito emocional con respecto a su padre, sin embargo este no es el único texto que da a conocer esta difícil relación padre e hijo, todo lo contrario es precisamente esta temática la semilla que da vida a la literatura Kafkiana.
La condena, parte también de la analogía “Padres e hijos” propuesta por Jordi Llovet es uno de los textos más crudos de Kafka y su relación con Hermann, aunque en esta ocasión acude a la metáfora. En este relato se nos presentan cuatro personajes: Georg, su prometida, un “supuesto” amigo y su padre, de los cuales dos son claramente representaciones de una persona real (Georg y su padre) y los otros personajes encarnan situaciones de la vida de Kafka como lo fue la relación con las mujeres y su refugio en el sexo como con la incapacidad de ser el mismo por la represión de su padre.
Georg es Kafka y su amigo lo que Franz quería llegar a ser: un artista, un escritor con una “exótica barba” que representaría su creatividad y pensamiento, residido en Rusia, en San Petersburgo. Sin embargo este sueño se ve manchado por la figura de su padre, Kafka intenta seguir sus pasiones pero al ser rechazado por Hermann de la mano con el no conseguir ser el mismo se ve sumergido, hundido y derrumbado en una imposibilidad cuyo destino es el fracaso, se vuelve un camino inexistente. “no tienes ningún amigo en San Petersburgo” le dice el padre, niega la existencia de ese Kafka auténtico y por supuesto este se reprime en este pensamiento del padre. Por otro lado está la prometida de Franz que representa la fracasada relación de Kafka con las mujeres, parece ser que estas no fueran más que clavos hirviendo a los que se aferra Franz para escapar de su padre.
Este relato finaliza con la condena del padre a la muerte de su hijo” ahora te condeno a morir ahogado” y la obediencia de este, lo cual nos da a entender la personalidad tan dependiente con su padre, y la extensa cola de autos que según el propio K. representa una “fuerte eyaculación” podemos interpretarlo como la liberación placentera y explosiva de haberse desprendido de su padre por medio del suicidio, aquí se visualiza la desesperanza de este quien solo ve la muerte como escape, se ve condenado a vivir eternamente bajo la sombra de su propio padre.
Estos dos textos conforman parte del área autobiográfica e íntima de Franz Kafka y la imposibilidad de salvación de K..No encontramos nuevamente con este paternal círculo vicioso, a lo mejor en el final o quizás en el inicio, explícito como en Carta al padre o mediante signos como en la condena pero siempre manteniendo esa esencia kafkiana.” Si se analiza detenidamente la obra entera de Kafka, uno cae en la cuenta de que la figura de su padre, consciente o inconscientemente se convirtió para Franz en el núcleo simbólico y el alma de su compleja maquinaria literaria”.
Texto: La Condena
Ensayo: “Análisis de Carta al padre”
Más vale tarde que nunca...
El claro oscuro en la construcción de Kafka.
Hay formas de vida que buscan otras formas allí donde no hay nada, ya que desean seguir siendo. Es así, como Kafka, es un arquitecto, según Zenda Liendivit. Kafka se encarga de que su obra se mantenga erguida y sólida, tejiendo un silencioso entretejido. Si bien nos seduce inmediatamente, invitándonos a recorrer su arquitectura literaria, nos extraña también.
Tal como cada arquitecto se caracteriza propia y personalmente por ciertas innovaciones, diseños y utilización del espacio, también cada arquitecto suele tener su material de preferencia. Un material que lo permita moldear de la manera acertada lo que sus manos quieren terminar, finalizar, lograr construir como objetivo final.
Kafka, como buen arquitecto, trabaja con un singular material, el motor de los cuerpos movidos: el deseo. El extrañamiento, la imposibilidad, la derrota, la esperanza, la culpa, el fracaso, no son más que ingredientes de añadidura, pertenecientes a la base que construye toda su literatura, y más que su literatura, su propia existencia.
En el “Híbrido”, el animal si bien es mitad gato, mitad cordero, quiere también ser perro. Este personaje, ser con quien, tal como dice Zenda, no familiarizamos de inmediato, manteniendo cierta distancia, está construido por una relación de diferencias, al igual que la mayoría de los personajes de la literatura Kafkiana, y quizás, hasta él mismo: tiene características de cordero, tiene otras de gato, actitudes de ambos animales, pero es el único animal así en el mundo. Aparece, como es característico de Kafka, el miedo, las lágrimas, el animal llora. Tiene las inquietudes tanto del cordero como del gato. Quien lo cuida al darse cuenta, hace como si lo entendiera solo para complacerlo, sin hacerlo realmente. Lo exhibe y los observadores lo aceptan resignadamente. El animal sigue inquieto, ignorando el temor, sin dejar en ningún momento de ser fiel a su dueño. “¿Por qué hay un solo animal así? ¿Por qué soy yo el poseedor y no otro?”
¿Por qué llora el animal? Al igual que K en El Castillo, el animal es consciente de que está fuera del mundo, pero quiere acceder a la meta suprema, ese sitio un poco decepcionante que se levanta allá a lo lejos. El híbrido aspira a la vana ilusión de que existe una salvación frente a su condena.
Es así, como en la construcción claro-oscura de Kafka, el motor es el deseo. K se va embelleciendo por el reflejo de la muerte que avanza como una luz verdadera sobre su rostro. Pero, finalmente, ¿puede Kafka construir? Si bien no puede jamás echar fundaciones sólidas, ya que el único suelo que conoce es el vacío, Kafka logra hablarnos elocuentemente, iluminando clarooscuramente sin pretensiones de oscurecer ni aclarar nada. Kafka lucha incesantemente tal como todos los arquitectos, tal como todos los personajes en su literatura: el deseo lo mueve impacientemente a llegar a la meta. Kafka es un híbrido más, un arquitecto más intentando terminar su construcción claro oscura, deseando profundamente llegar a la meta.
“Tal vez la cuchilla del carnicero fuera la redención para este animal, pero él es una herencia y debo negársela. Por eso deberá esperar hasta que se le acabe el aliento, aunque a veces me mira con razonables ojos humanos, que me instigan al acto razonable.”
Texto: El híbrido
Ensayo: "Las construcciones de Kafka", de Zenda Liendivit
Correción, arriba el titúlo era: El claro oscuro en la construcción de Kafka, a base del deseo.*
"Is there a way out?" Invitación que nos da la obra de Mr. ; podremos salir del castillo?
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