Friday, April 29, 2011

Contexto señor Contexto






K.





18 comments:

Martín Venegas said...

«Cualquier nombre que empiece por esa inicial puede ser el nombre de S. Todos son sabidos y todos inventados pero ningún nombre le será dado a S.: es la posibilidad de todos ellos la que hace imposible la elección de uno. Conozco mi razón y la confirmo ya. Basta recorrer los sonidos que son los nombres que a continuación aparecen escritos, para reconocer lo que es el vacío de un nombre acabado. ¿Puedo elegir cualquier de éstos para S. (ese)?: Sá Saavedra Sabino Sacadura Salazar Saldanha Salema Salomón Salustio Sampaio Sancho Santo Saraiba Saramago Saúl Seabra Sebastián Secundino Seleuco Sempronio Sena Séneca Sepúlveda Serafín Sergio Serzedelo Sidonio Segismundo Silverio Silvino Silva Silvio Sisenando Sísifo Soares Sobral Sócrates Soeiro Sófocles Solimán Soropita Sousa Souto Suetonio Suleimán Sulpicio. Elegir, sí, podría, pero estaría ya clasificando, poniendo en fila. […] También por eso voy a ser yo mismo un simple H, no más. Un espacio en blanco, si fuera posible distinguirlo de los espacios laterales, bastaría para decir de mí lo posible. Seré, entre todos, el más secreto, y, por ello, el que más dirá de sí (dará de sí). (Dar de sí: sacar de sí, estirar.)»
José Saramago, Manual de pintura y caligrafía.

Anonymous said...

que ganas de leer a Kafka...

Pilar said...

EL PASEO REPENTINO

Cuando por la noche uno parece haberse decidido terminantemente a quedarse en casa; se ha puesto una bata; después de la cena se ha sentado a la mesa iluminada, dispuesto a hacer aquel trabajo o a jugar aquel juego luego de terminado el cual habitualmente uno se va a dormir; cuando afuera el tiempo es tan malo que lo más natural es quedarse en casa; cuando uno ya ha pasado tan largo rato sentado tranquilo a la mesa que irse provocaría el asombro de todos; cuando ya la escalera está oscura y la puerta de calle trancada; y cuando entonces uno, a pesar de todo esto, presa de una repentina desazón, se cambia la bata; aparece en seguida vestido de calle; explica que tiene que salir, y además lo hace después de despedirse rápidamente; cuando uno cree haber dado a entender mayor o menor disgusto de acuerdo con la celeridad con que ha cerrado la casa dando un portazo; cuando en la calle uno se reencuentra, dueño de miembros que responden con una especial movilidad a esta libertad ya inesperada que uno les ha conseguido; cuando mediante esta sola decisión uno siente concentrada en sí toda la capacidad determinativa; cuando uno, otorgando al hecho una mayor importancia que la habitual, se da cuenta de que tiene más fuerza para provocar y soportar el más rápido cambio que necesidad de hacerlo, y cuando uno va así corriendo por las largas calles, entonces uno, por esa noche, se ha separado completamente de su familia, que se va escurriendo hacia la insustancialidad, mientras uno, completamente denso, negro de tan preciso, golpeándose los muslos por detrás, se yergue en su verdadera estatura.

Todo esto se intensifica aún más si a estas altas horas de la noche uno se dirige a casa de un amigo para saber cómo le va.
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Aviso: Seleccione este cuento corto pues me pareció mas esperanzador y menos agobiante que todos los que hemos leído hasta el momento.

Con respecto a la glosa, aunque parece que rompe el esquema general de Kafka al ser tan optimista, las constantes siguen estando presentes.
En primer lugar la responsabilidad, la vida cotidiana, la rutina y el peso de esta ("..que irse provocaría el asombro de todos.", "cuando afuera el tiempo es tan malo que lo más natural es quedarse en casa.")
Continuando el análisis, sería la inconformidad que expresa el narrador, la clara sensación de la oveja negra de la familia o la manzana podrida si prefieren ("..cuando uno cree haber dado a entender mayor o menor disgusto de acuerdo con la celeridad con que ha cerrado la casa dando un portazo.")
Y finalmente, la redención que representa haber abandonado esta cárcel de la rutina que oprimía su verdadera estatura y sintiéndose libre al fin corre por las calles. Es aquí donde creo que este cuento marca la diferencia con los otros que vimos, pues aquí se alcanza la libertad, se vence la opresión de la mano de hierro del poder y su burocracia.

J.T. Lavín said...

Una confusion cotidiana

Un incidente cotidiano, del que resulta una confusión cotidiana. A tiene que cerrar un negocio con B en H. Se traslada a H para una entrevista preliminar, pone diez minutos en ir y diez en volver, y se jacta en su casa de esa velocidad. Al otro día vuelve a H, esta vez para cerrar el negocio. Como probablemente eso le exigirá muchas horas, A sale muy temprano. Aunque las circunstancias (al menos en opinión de A) son precisamente las de la víspera, tarda diez horas esta vez en llegar a H. Llega al atardecer, rendido. Le comunican que B, inquieto por su demora, ha partido hace poco para el pueblo de A y que deben haberse cruzado en el camino. Le aconsejan que espere. A, sin embargo, impaciente por el negocio, se va inmediatamente y vuelve a su casa.
Esta vez, sin poner mayor atención, hace el viaje en un momento. En su casa le dicen que B llegó muy temprano, inmediatamente después de la salida de A, y que hasta se cruzó con A en el umbral y quiso recordarle el negocio, pero que A le respondió que no tenía tiempo y que debía salir en seguida.

A pesar de esa incomprensible conducta, B entró en la casa a esperar su vuelta. Y ya había preguntado muchas veces si no había regresado aún, pero seguía esperándolo siempre en el cuarto de A. Feliz de hablar con B y de explicarle todo lo sucedido, A corre escaleras arriba. Casi al llegar tropieza, se tuerce un tendón y a punto de perder el sentido, incapaz de gritar, gimiendo en la oscuridad, oye a B -tal vez muy lejos ya, tal vez a su lado- que baja la escalera furioso y que se pierde para siempre.


Me parece muy similar al cuento de La Renuncia ya que en los dos se destaca principalmente la agobiante tendencia a no fallar, a no faltarle a otro. Este "otro" es recurrente y significativo en Kafka ya que entre ambos(personaje principal y el "otro") se distribuye la responsabilidad o la culpa de no poder cumplir un determinado compromiso.
Encontré importante también el tiempo por ser un factor que otorga presión al problema y provoca angustia al ver que no se va a poder lograr lo que quiere cuando se pensaba por lo que acaba rindiéndose ante la impotencia de no poder controlar la situación.
Para finalizar, me di cuenta de que esta confusión cotidiana se puede interpretar como una alegoría a la sociedad actual y de esos tiempos donde las ansias de poder, de tener cosas(consumismo), plata, negocios, etc. nos nublan y no nos dejan vivir plenamente y terminamos perdiéndonos para siempre.

Juan José Grez said...

UN MENSAJE IMPERIAL

El Emperador, tal va una parábola, os ha mandado, humilde sujeto, quien sóis la insignificante sombra arrinconándose en la más recóndita distancia del sol imperial, un mensaje; el Emperador desde su lecho de muerte os ha mandado un mensaje para vos únicamente. Ha comandado al mensajero a arrodillarse junto a la cama, y ha susurrado el mensaje; ha puesto tanta importancia al mensaje, que ha ordenado al mensajero se lo repita en el oído. Luego, con un movimiento de cabeza, ha confirmado estar correcto. Sí, ante los congregados espectadores de su muerte -toda pared obstructora ha sido tumbada, y en las espaciosas y colosalmente altas escaleras están en un círculo los grandes príncipes del Imperio- ante todos ellos, él ha mandado su mensaje. El mensajero inmediatamente embarca su viaje; un poderoso, infatigable hombre; ahora empujando con su brazo diestro, ahora con el siniestro, taja un camino al través de la multitud; si encuentra resistencia, apunta a su pecho, donde el símbolo del sol repica de luz; al contrario de otro hombre cualquiera, su camino así se le facilita. Mas las multitudes son tan vastas; sus números no tienen fin. Si tan sólo pudiera alcanzar los amplios campos, cuán rápido él volaría, y pronto, sin duda alguna, escucharías el bienvenido martilleo de sus puños en tu puerta.


Pero, en vez, cómo vanamente gasta sus fuerzas; aún todavía traza su camino tras las cámaras del profundo interior del palacio; nunca llegará al final de ellas; y si lo lograra, nada se lograría en ello; él debe, tras aquello, luchar durante su camino hacia abajo por las escaleras; y si lo lograra, nada se lograría en ello; todavía tiene que cruzar las cortes; y tras las cortes, el segundo palacio externo; y una vez más, más escaleras y cortes; y de nuevo otro palacio; y así por miles de años; y por si al fin llegara a lanzarse afuera, tras la última puerta del último palacio -pero nunca, nunca podría llegar eso a suceder-, la capital imperial, centro del mundo, caería ante él, apretada a explotar con sus propios sedimientos. Nadie podría luchar y salir de ahí, ni siquiera con el mensaje de un hombre muerto. Mas os sentáis tras la ventana, al caer la noche, y os lo imagináis, en sueños.

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Elegí este pequeño cuento porque retrata de manera muy completa algunas de las constantes en Franz Kafka.

Se puede ver claramente una gran responsabilidad puesta en otro o más bien dicho, delegada a otro; del Emperador hacia el mensajero. Esta responsabilidad es muy importante, ya que es un mensaje del Emperador que se está muriendo y que va dirigirse a cada uno de "ustedes", que me imagino que son los de su reino.

En la primera frase, se puede notar la omnipotencia del Emperador, del Poder finalmente. Los súbditos o el pueblo, son tan solo la sombra de éste. Esto se puede asociar a la relación que tiene Kafka con su padre.

Otra de las constantes muy marcadas, es el tema de la burocracia. Se ve explícito que aunque quisiera, el mensajero, no podría salir del reino y que más vale soñar que contar con ello.

"Las multitudes son tan vastas; sus números no tienen fin". Claro ejemplo de que el mensajero, por más que trate, no va a poder pasar las barreras u obstáculos para salir de ese gran reino, para llevar el importante mensaje que le ha encomendado el Emperador.

Pascuala Sylleros said...

La excursión a la montaña "No sé", grité sin eco, realmente no lo sé. Si no viene nadie es que
precisamente viene "nadie". No le he hecho nada malo a nadie, , nadie me
ha hecho a mí nada malo, sin embargo nadie me quiere ayudar.
Absolutamente nadie. Pero tampoco es así. Sólo que nadie me ayuda, si no "nadie"
sería muy hermoso. Me gustaría, por qué no, hacer una excursión en
compañía de un puro nadie. Naturalmente a la montaña, ¿adónde si no? ¡Cómo
se aprietan uno al lado del otro, esos nadie, todos esos brazos
estirados y colgantes, todos esos pies, separados por pasos diminutos! Se
entiende que todos visten frac. Nosotros vamos así, el viento atraviesa los
espacios que nosotros y nuestros miembros dejan abiertos. ¡Las
gargantas se tornan libres en la montaña! Es un milagro que no cantemos.

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Coincidente mente había glosado el mismo cuento que hizo el compañero Juan José Grez.

El cuento comienza con una clara incertidumbre y una falta de conocimiento que podría llegar a ser esencial.
Luego entra la presencia del "nadie" como el OTRO, quien ejerce una presión. Que también se comprende como la soledad (contemporáneo), en esencia de la palabra.
El viento es un elemento que se caracteriza por ser solo comprendido por el tacto. Pero notar la presencia de este, muchas vece, necesita de una sensibilidad mayor. Sensibilidad que podría tener un artista como lo es Kafka.
Por ultimo, la ultima frase hace alusión a la restricción de expresión de arte que quiere liberarse.

Isa Irureta said...

EL TIGRE
Franz Kafka

En cierta ocasión, al célebre domador Burson le llevaron un tigre, para que ofreciera su opinión sobre la posibilidad de domesticar al animal. La pequeña jaula en que venía el tigre fue introducida en la jaula de domesticación, que tenía las dimensiones de un salón: se hallaba en un barrio de barracas a buena distancia de la ciudad. Los asistentes se fueron: Burson siempre quería estar completamente a solas con un animal en su primer encuentro con éste. El tigre se echó muy tranquilamente; hacía un momento había sido espléndidamente alimentado. Bostezó un par de veces, echó unas miradas cansinas a su flamante alrededor, e inmediatamente se durmió.
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¿Por qué este texto pertenece a Franz Kafka?
BUeno, creo que es necesario empezar diciendo que el tigre es un animal salvaje, SOLITARIO; entonces se ve en esta pequeña jaula, y lo llevan para ser domesticado; para que otra persona se haga responsable, dandole una obligación y responsabilidad con la que debe cumplir. Pero tenemos dos opciones:
- Esa responsabilidad está siendo dada al padre, quien lo tiene cerca, y es custodiado por él;y al estar encerrado, no tiene otra opción más que RENUNCIAR, porque no tiene a donde ir o escapar.

- La segunda opción, me lleva a pensar en el sistema capitalista. En que el tigre está en una pequeña jaula, y después, además en una jaula de domesticación, la cual es más grande.
El tigre, como dije anteriormente, no tiene otra salida, está siendo obligado, y está siendo sometido bajo el poder del capitalismo, y no se da cuenta y se deja llevar, como si nada pasara.

No puedo dejar de lado el hecho de que mientras lo leía, me iba acordando de "Una pequeña fábula", donde la situación es muy parecida. Bueno, ¿es del mismo autor,no?

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EL GUARDIÁN
Franz Kafka

Corriendo superé al primer guardián. Entonces me sentí aterrorizado, corrí de regreso y le dije: —Pasé por aquí corriendo mientras tú estabas mirando hacia el otro lado. —El guardián tenía la mirada clavada hacia adelante y nada respondió—. Supongo que verdaderamente no debería haberlo hecho —le dije. El guardián siguió sin hablar—. ¿Significa tu silencio permiso para pasar...?

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Acá hay otro texto que quisiera glosar.

Primero, pasa el umbral, pero se devuelve aterrorizado, con miedo, quiere buscar el camino, pero siente la culpabilidad, la responsabilidad depositada por el padre, quien en este caso podría ser el guardián. Como pasa sin un permiso, no del modo correcto, bajo una norma establecida, siente la angustia y decide devolverse. Explica lo sucedido, y la sitacuión en sí, le da incertidumbre, una confusión total.
Otra vez, se encuentra el otro, a quién le pide permiso (después de ya haber pasado) para seguir avanzando, le da la responsabilidad al guardián.

Julia said...

Gente que viene a nuestro encuentro (Die Vorüberlaufende)- Franz Kafka (1908).

Cuando alguien sale a pasear por la noche, y un hombre, ya visible
desde lejos -pues la calle se empina ante nosotros y hay luna llena-,
viene a nuestro encuentro, no lo agarraremos violentamente, aunque sea
débil y desarrapado, ni siquiera en el caso de que alguien corra detrás de
él y grite, sino que lo dejaremos pasar de largo.
Pues es de noche, y no podemos evitar que la calle se empine ante
nosotros con luna llena; además, tal vez esos dos han organizado la
persecución para divertirse, o a lo mejor persiguen los dos a un tercero, tal
vez persiguen al primero, que es inocente, tal vez el segundo lo
asesinará y seríamos cómplices del crimen. A lo mejor no saben nada el uno
del otro, y cada uno corre hacia su cama, a lo mejor son sonámbulos,
quizás el primero lleva un arma.
Y, finalmente, ¿no podemos estar cansados, no hemos bebido mucho vino?
Nos alegramos de que ya tampoco veamos el segundo.

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Elegí este cuento, ya que representa muy claramente la constante de responsabilidad de Kafka y como poco a poco este personaje va sintiendo cierta angustia por no poder entender
que hacer con ella, generando así que este sienta un alto grado de culpabilidad y finalmente rendiéndose.

Siento que cuando Kafka dice que "pues es de noche y no podemos evitar que la calle se empine ante nosotros con luna llena" se refiere a un estado en el que el se encuentra, un gran estado
de soledad, en donde esta encandilado e indefenso debido a propia frustración. Y es por esto que el utiliza esa sensacion como una excusa, como un poder que le impide reaccionar y que solo lo lleva a dejarse llevar y quedarse con ese agobio interno sin poder hacer algo, inmovilizado.

Y para terminar, otro ejemplo puede ser cuando vuelve a dar excusas al final del texto diciendo "Y, finalmente, ¿no podemos estar cansados, no hemos bebido mucho vino? Nos alegramos de que ya tampoco veamos el segundo", en donde se evidencia la carga de culpabilidad que este esta llevando y la angustia que le provoca no sentirse comprendido.

Ainara said...

Debido al largo de mi cuento, no lo escribiré; sino que pondré el "link" para que cada quien pueda leerlo. http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/euro/kafka/hibrido.htm

*En este cuento relato se nos habla de un hombre que hereda de su padre un animal curioso, mitad gatito, mitad cordero. Creo que es importante detenerse en el hecho de que estos hayan sido los animales elegidos. el gato: animal ágil y fuerte; y el cordero: animal dócil y manso. Además puede considerarse "el cordero de dios" al tomar la figura del hijo como la misión del padre.
Creo que con esto ya se puede ver claramente una primera constante kafkiana: la del padre ya que este siempre fue mas bien una fuerte autoridad, cuestionó la personalidad de su hijo y lo forzó a realizarse de acuerdo a lo que el queria. Es por esto que Franz debe probablemente retratarse a si mismo en este híbrido entre cordero y gato, reflejando su dualidad en cuanto a ser el mismo (un cordero) o seguir lo dictado por su padre (un gato).


* El animal es cuestionado por los niños que visitaban al hombre:" ¿porqué hay solo un animal así?¿porque soy yo el poseedor y no otro?¿ si no se siente solo?, etcétera."
Creo que es el mismo hecho mencionado mas arriba, el que lleva al escritor al sentimiento de la angustia y la culpa ( constantes kafkianas) que son reflejadas en el cuestionamiento de la naturaleza del animal. La angustia de ser incomprendido, de sentirse ajeno al resto, el de la soledad.La culpabilidad de ser como es. de su propio individuo. Es por esto que en párrafos siguientes el relato nos habla de el apoyo: " para quien es sagrado el apoyo que ha encontrado en nosotros", ya que irónicamente, a diferencia del híbrido, nunca lo recibió de su padre.

* "Tal vez la cuchilla del carnicero fuera la redención para este animal.. Por eso deberá esperar hasta que se le acabe el aliento, aunque a veces me mira con razonables ojos humanos, que me instigan al acto razonable"
Otra constante podemos ver aquí, el miedo: la angustia, lleva a un miedo de la vida, de la cual la única salida que se cree eficaz es la muerte, por lo que obviamente es buscada, pero negada. A mi parecer la razón de esta es la simple aceptación de la figura del padre como algo inevitable, de lo irremediable de la herencia.

Para finalizar creo que es en dos pequeñas frases que se puede encontrar también la constante del poder: "quiere atacar a los corderos", atacar a los más dóciles por lo que yo lo relacione con el régimen nazi. (contexto histórico del autor), además de obviamente el ya mencionado padre.
"Acurrucado contra mi es como se siente mejor": ele efecto de un superior, del dueño del animal sobre éste.

Aunque no hayamos leído textos extensos sino cuentos breves de un angustiado escritor, fue un gusto leer a K.

Francisca said...

EL SILENCIO DE LAS SIRENAS
Franz Kafka

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/euro/kafka/silencio.htm

Hoy Kafka se llama Ulises.
K

Quiere salvarse, quiere escapar del "Poder" que generalmente ejercen en él su padre o las autoridades, sin dejarse seducir por estas.
Siente miedo, quiere protegerse, por lo que tapa sus oídos y encadena su cuerpo a lo más firme... el mástil, que me atrevo a relacionarlo con sus ideales, sus metas, sus sueños…
Muchos podían resignarse ante el canto de las sirenas, dejándose atrapar por este. Pero Ulises se abandonó por completo en el puñado de cera, En OTRO como suele hacerlo Kafka.
“Sin embargo las sirenas poseen un arma mucho más terrible que el canto: su silencio"
Este silencio lo relaciono con la soledad permanente que siente Kafka en su vida adentrándose al abismo de no poder escapar de esta. No es que la soledad este siempre vinculada al silencio, pero generalmente…
La actitud desconcertó a las Sirenas, esta felicidad en el rostro de Ulises de sentirse a salvo, de pensar tan sólo en cera y cadenas. Tan desconcertadas se hallaron, que olvidaron el canto. Pero aún así él
“no oyó el silencio. Estaba convencido de que ellas cantaban y que sólo él estaba a salvo”
Kafka siempre se sintió especial, diferente a los que lo rodeaban Y este canto que intentaban reproducir en su interior los demás, viajaba sin sentido en él, sin resonancia alguna Ya que vivió de acuerdo a su forma de pensar.
Así fue como las sirenas se rindieron y Kafka escapó.
Nadie fue capaz de penetrarlo ni doblegarlo ni menos de saber cual fué realmente su intención porque nadie sabe si realmente era consciente o no del silencio de las sirenas…

elena said...

Estaba muy preocupado; debía emprender un viaje urgente; un enfermo de gravedad me estaba esperando en un pueblo a diez millas de distancia; una violenta tempestad de nieve azotaba el vasto espacio que nos separaba; yo tenía un coche, un cochecito ligero, de grandes ruedas, exactamente apropiado para correr por nuestros caminos; envuelto en el abrigo de pieles, con mi maletín en la mano, esperaba en el patio, listo para marchar; pero faltaba el caballo... El mío se había muerto la noche anterior, agotado por las fatigas de ese invierno helado; mientras tanto, mi criada corría por el pueblo, en busca de un caballo prestado; pero estaba condenada al fracaso, yo lo sabía, y a pesar de eso continuaba allí inútilmente, cada vez más envarado, bajo la nieve que me cubría con su pesado manto. En la puerta apareció la muchacha, sola, y agitó la lámpara; naturalmente, ¿quién habría prestado su caballo para semejante viaje? Atravesé el patio, no hallaba ninguna solución; distraído y desesperado a la vez, golpeé con el pie la ruinosa puerta de la pocilga, deshabitada desde hacía años. La puerta se abrió, y siguió oscilando sobre sus bisagras. De la pocilga salió una vaharada como de establo, un olor a caballos. Una polvorienta linterna colgaba de una cuerda. Un individuo, acurrucado en el tabique bajo, mostró su rostro claro, de ojitos azules.
-¿Los engancho al coche? -preguntó, acercándose a cuatro patas.
No supe qué decirle, y me agaché para ver qué había dentro de la pocilga. La criada estaba a mi lado.
-Uno nunca sabe lo que puede encontrar en su propia casa -dijo ésta. Y ambos nos echamos a reír.
-¡Hola, hermano, hola, hermana! -gritó el palafrenero, y dos caballos, dos magníficas bestias de vigorosos flancos, con las piernas dobladas y apretadas contra el cuerpo, las perfectas cabezas agachadas, como las de los camellos, se abrieron paso una tras otra por el hueco de la puerta, que llenaban por completo. Pero una vez afuera se irguieron sobre sus largas patas, despidiendo un espeso vapor.
-Ayúdalo -dije a la criada, y ella, dócil, alargó los arreos al caballerizo. Pero apenas llegó a su lado, el hombre la abrazó y acercó su rostro al rostro de la joven. Esta gritó, y huyó hacia mí; sobre sus mejillas se veían, rojas, las marcas de dos hileras de dientes.
-¡Salvaje! -dije al caballerizo-. ¿Quieres que te azote?
Pero luego pensé que se trataba de un desconocido, que yo ignoraba de dónde venía y que me ofrecía ayuda cuando todos me habían fallado. Como si hubiera adivinado mis pensamientos, no se mostró ofendido por mi amenaza y, siempre atareado con los caballos, sólo se volvió una vez hacia mí.
-Suba -me dijo, y, en efecto, todo estaba preparado.
Advierto entonces que nunca viajé con tan hermoso tronco de caballos, y subo alegremente. -Yo conduciré, pues tú no conoces el camino -dije. -Naturalmente -replica-, yo no voy con usted: me quedo con Rosa. -¡No! -grita Rosa, y huye hacia la casa, presintiendo su inevitable destino; aún oigo el ruido de la cadena de la puerta al correr en el cerrojo; oigo girar la llave en la cerradura; veo además que Rosa apaga todas las luces del vestíbulo y, siempre huyendo, las de las habitaciones restantes, para que no puedan encontrarla. -Tú vendrás conmigo -digo al mozo-; si no es así, desisto del viaje, por urgente que sea. No tengo intención de dejarte a la muchacha como pago del viaje.-¡Arre! -grita él, y da una palmada; el coche parte, arrastrado como un leño en el torrente; oigo crujir la puerta de mi casa, que cae hecha pedazos bajo los golpes del mozo; luego mis ojos y mis oídos se hunden en el remolino de la tormenta que confunde todos mis sentidos…

elena said...

Bueno este es solo el inicio de un cuento un poco más extenso de los que leímos en clases ¿Por qué con solo leer el inicio se que es de Kafka? Muy breve y preciso (pues la verdad es que mis constantes no se alejan mucho de las del resto del grupo).
En el relato, desde su inicio, ya en las primeras líneas, se ve el AGOBIO reflejado en el protagonista. Ese viaje urgente que debe hacer y al cual NO DEBE FALLAR. La RESPONSABILIDAD hacia su deber que lo conduce a la sensación de CULPA por no hallar ninguna solución a la inminente falta de un caballo que lo lleve a su destino. La entrada del EXTRAÑO que llega con la ayuda cuando nadie más la había prestado.
Y más aun el PODER que ejerce este extraño sobre el medico (la lucha entre el débil y el fuerte) que culmina con el completo abandono del primero, sometido, solo, y moribundo...En lo personal me gusto mucho este cuento de K pues a diferencia de los leídos en clases en este se produce una especie de “choques” entre las situaciones narradas, existe esa sucesión violenta que en lo personal me pesa, y me hace dudar entre seguir con el relato o simplemente buscar uno menos abrumador, pero que finalmente termina por convencerme de que este ES Kafka y que no podría ser de otra manera ...simplemente no lo querríamos de ser otro...esa esencia única que hace que K sea K y no "CA" es lo que encontré en este relato.

Germán Alcalde said...

Buenas noches profesor, le dejo mi deber conferido por su autoridad, mi intento de
glosa:

Ante la ley

Ante la ley hay un guardián. Un campesino se presenta frente a este guardián, y solicita que le permita entrar en la Ley. Pero el guardián contesta que por ahora no puede dejarlo entrar. El hombre reflexiona y pregunta si más tarde lo dejarán entrar.
-Tal vez -dice el centinela- pero no por ahora.
(Partimos detectando inmediatamente el poder y la incertidumbre, el campesino seguramente quiere algo con la ley, el poder incierto, ya que esta no a cumplido su deber, y al reclamárselo, un guardia, que es un representante y protector de este poder, le dice que no puede pasar aun, pero que puede esperar si lo desea, sin dejarle claro cuando va a poder pasar, o siquiera si lo podrá hacer)
La puerta que da a la Ley está abierta, como de costumbre; cuando el guardián se hace a un lado, el hombre se inclina para espiar. El guardián lo ve, se sonríe y le dice:
-Si tu deseo es tan grande haz la prueba de entrar a pesar de mi prohibición. Pero recuerda que soy poderoso (mas claro no puede ser). Y sólo soy el último de los guardianes. Entre salón y salón también hay guardianes, cada uno más poderoso que el otro. Ya el tercer guardián es tan terrible que no puedo mirarlo siquiera. (Hay que pasar por diversos poderes, infinitos poderes, infinitamente más poderosos, para llegar al poder real, y por ende la más fuerte, llamada ley, creo que solo nos falta un espejo)
El campesino no había previsto estas dificultades; la Ley debería ser siempre accesible para todos, piensa, pero al fijarse en el guardián, con su abrigo de pieles (¿será que tiene plata?), su nariz grande y aguileña (¿nariz de judío?), su barba negra de tártaro, rala y negra (el padre de kafka tenia bigote, no es lo mismo pero es similar), decide que le conviene más esperar. El guardián le da un escabel y le permite sentarse a un costado de la puerta.
Allí espera días y años. Intenta infinitas (B) veces entrar y fatiga al guardián con sus súplicas. Con frecuencia el guardián conversa brevemente con él, le hace preguntas sobre su país y sobre muchas otras cosas; pero son preguntas indiferentes, como las de los grandes señores (si, tiene plata, tiene poder económico), y, finalmente siempre le repite que no puede dejarlo entrar. El hombre, que se ha provisto de muchas cosas para el viaje, sacrifica todo, por valioso que sea, para sobornar al guardián (¿complacer al padre?). Este acepta todo, en efecto, pero le dice:
-Lo acepto para que no creas que has omitido ningún esfuerzo. (El padre no acepta sus esfuerzos, y lo deja, finalmente sin nada)

Germán Alcalde said...

Durante esos largos años, el hombre observa casi continuamente al guardián: se olvida de los otros y le parece que éste es el único obstáculo que lo separa de la Ley. Maldice su mala suerte, durante los primeros años audazmente y en voz alta; más tarde, a medida que envejece, sólo murmura para sí (cuando algo es injusto y uno es joven tiene fuerzas, al menos, para gritar contra el poder, pero a medida que envejece uno termina quejándose de igual modo, pero ya sin fuerzas para gritarlo, ni esperanza con que alguien mas tome en serio lo que uno dice). Retorna a la infancia, y como en su cuidadosa y larga contemplación del guardián ha llegado a conocer hasta las pulgas de su cuello de piel, también suplica a las pulgas que lo ayuden y convenzan al guardián (las pulgas tienen mas influencia sobre el poder que el campesino, o al menos eso cree el). Finalmente, su vista se debilita, y ya no sabe si realmente hay menos luz (incertidumbre), o si sólo lo engañan sus ojos. Pero en medio de la oscuridad distingue un resplandor, que surge inextinguible de la puerta de la Ley (¿acaso es la luz al final del túnel? Quizás sea la única salvación para el campesino). Ya le queda poco tiempo de vida. Antes de morir, todas las experiencias de esos largos años se confunden en su mente en una sola pregunta, que hasta ahora no ha formulado. Hace señas al guardián para que se acerque, ya que el rigor de la muerte comienza a endurecer su cuerpo. El guardián se ve obligado a agacharse mucho para hablar con él, porque la disparidad de estaturas entre ambos ha aumentado bastante con el tiempo, para desmedro del campesino. (Ahora el guardia es más poderoso ante el que al principio del cuento)
-¿Qué quieres saber ahora? -pregunta el guardián-. Eres insaciable.
-Todos se esfuerzan por llegar a la Ley -dice el hombre-; ¿cómo es posible entonces que durante tantos años nadie más que yo pretendiera entrar?
El guardián comprende que el hombre está por morir, y para que sus desfallecientes sentidos perciban sus palabras, le dice junto al oído con voz atronadora:
-Nadie podía pretenderlo porque esta entrada era solamente para ti. Ahora voy a cerrarla. (¿La puerta estaba ahí para que esperara en ella o para que luchase por entrar?)

Germán Alcalde said...

Después de glosar a grandes rasgos este cuento me di cuenta rápidamente que la relación de poder esta claramente marcada, el poder mayor, la ley, es custodiada por una serie de poderes menores, guardias, los cuales no quieren dejar pasar al campesino, que solo quiere estar ante la ley, un derecho, como el mismo campesino dice, al que todos debería tener acceso.
La verdad es que este cuento, al igual que “el buitre”, me da la sensación de que es un esquema para toda relación amo subordinado de la historia (encaja perfectamente en el capitalismo salvaje, en los judíos con Hitler, etc.) pero a diferencia de en “el buitre”, en este el campesino no hace nada para luchar contra el poder, ni siquiera pide ayuda, solo se sienta y espera a que todo mejore, dejando que el guardia robe todo lo que el tiene (inclusive la vista y los años) hasta finalmente robarle la vida, diciéndole que la puerta estaba abierta para el, pero que como nunca la cruzo, ahora seria serrada, ya que nadie mas lo ara.
En el poder, como es de costumbre, tenemos al padre, con su poder económico, su fuerza descomunal (al menos para kafka) e incluso algunos rasgos de su rostro revelan que puede ser una personificación de este
En fin, este cuento, según mi lectura, es una critica a como el poder no deja opción mas que morir o “cruzar la puerta” para enfrentar a una muerte casi segura, y mas rápida, y como el subordinado solo se sienta a quejarse, en su juventud con fuerza, y al pasar los años en silencio, como si se quejara para si mismo.


http://lostordos-blog.blogspot.com/2010/09/ante-la-ley.html un comic de este cuento.

J. Tomas Lavin said...

Una confusión cotidiana
Un incidente cotidiano, del que resulta una confusión cotidiana. A tiene que cerrar un negocio con B en H. Se traslada a H para una entrevista preliminar, pone diez minutos en ir y diez en volver, y se jacta en su casa de esa velocidad. Al otro día vuelve a H, esta vez para cerrar el negocio. Como probablemente eso le exigirá muchas horas, A sale muy temprano. Aunque las circunstancias (al menos en opinión de A) son precisamente las de la víspera, tarda diez horas esta vez en llegar a H. Llega al atardecer, rendido. Le comunican que B, inquieto por su demora, ha partido hace poco para el pueblo de A y que deben haberse cruzado en el camino. Le aconsejan que espere. A, sin embargo, impaciente por el negocio, se va inmediatamente y vuelve a su casa.
Esta vez, sin poner mayor atención, hace el viaje en un momento. En su casa le dicen que B llegó muy temprano, inmediatamente después de la salida de A, y que hasta se cruzó con A en el umbral y quiso recordarle el negocio, pero que A le respondió que no tenía tiempo y que debía salir en seguida.

A pesar de esa incomprensible conducta, B entró en la casa a esperar su vuelta. Y ya había preguntado muchas veces si no había regresado aún, pero seguía esperándolo siempre en el cuarto de A. Feliz de hablar con B y de explicarle todo lo sucedido, A corre escaleras arriba. Casi al llegar tropieza, se tuerce un tendón y a punto de perder el sentido, incapaz de gritar, gimiendo en la oscuridad, oye a B -tal vez muy lejos ya, tal vez a su lado- que baja la escalera furioso y que se pierde para siempre.

Al leer este cuento pude deducir que es de Kafka por la constante aparición de un poder superior que presiona a los personajes. El tiempo por ejemplo es un factor que tensiona la situación ya que hace que el protagonista se sienta culpable por no poder cumplir con su compromiso, es decir, su responsabilidad es su peor enemigo porque este no tiene la capacidad de revertir o controlar la situación, da la sensación de impotencia y angustia. También el hecho de que este relato de un desencuentro esté exagerado provoca un agobio por la distorción de la realidad.

Para finalizar, a modo de conclusión, me gustaría referirme a la recurrente aparición de algunos elementos en los cuentos de Kafka como la impotencia ante el Estado o poder supremo, el, la imposibilidad de entender el sentido de nuestras vidas y qué es lo que en última instancia vinimos a hacer en este mundo,

PD: me di cuenta que mi posterior comentario se borró o quizás nunca se subió por eso lo hice de nuevo.

Nico Lorenzini said...

La Partida (Franz Kafka)
Ordené que trajeran mi caballo del establo. El sirviente no entendió mis órdenes. Así que fui al establo yo mismo, le puse silla a mi caballo y lo monté. A la distancia escuché el sonido de una trompeta y le pregunté al sirviente qué significaba. Él no sabía nada ni escuchó nada. En el portal me detuvo y preguntó:
-¿Adónde va el patrón?
-No lo sé -le dije- simplemente fuera de aquí, simplemente fuera de aquí. Fuera de aquí, nada más, es la única manera en que puedo alcanzar mi meta.
-¿Así que usted conoce su meta? -preguntó.
-Sí -repliqué- te lo acabo de decir. Fuera de aquí, esa es mi meta.
El protagonista no tenía ningún dominio sobre su vida, y al mismo tiempo es completamente incomprendido por su entorno (lo que espera la familia de Kafka dista mucho de lo que son sus intenciones).
Algo ocurría, había una fuerza mayor representada en las trompetas, pero que nadie sabía realmente que era, de hecho, nadie se daba cuenta de lo que realmente ocurría, existía una desinformación que le causaba el desconcierto al relator de su historia (se puede hacer un paralelo con el período de guerra).
El protagonista es capaz de tomar su caballo por si mismo, hacerse dueño de su vida y destino, para intentar salir de un sistema y familia que reprimen, poder llegar a lograr la libertad anhelada y alcanzar su propia meta, elegida y buscada por el propio individuo, algo que en nuestro interior anhelamos todos, cortar toda cadena que no nos permita ser nosotros mismos y nos lleve a hacer lo “que los demás quieren de mi”.
PD: parece que esto de hacer las tareas a última hora no convienen, te roban los mejores cuentos.

Antonia Sierralta said...

Las preocupaciones del padere de familia.
Eslovenia y Alemania tienen problemas?
Alemania anexa a Bohemia, lugar de nacimiento de kafka.
La relación con poder es obvia.
No ha hecho nada.
Existir para morir.
En todos o en ninguno.
Todo es Kafka.