Wednesday, September 29, 2010

En Baricco color, viaje o ¿"both Mister President"?

28 comments:

Anonymous said...

En Baricco el viaje:

Alessandro Baricco es un escritor bastante fuera de lo normal sus libros, a diferencia de la gran mayoría, no tienen un gran tema en común, es decir, no gravitan alrededor de las mismas ideas; mas bien parece que todos sus libros hubieran sido escritos por personas distintas.

Aun así, creo poder identificar un tema que une algunos de sus libros: “el Viaje”. Al decir que “une”, no me refiero a que la temática sea exactamente la misma ya que el viaje aparece de maneras muy distintas en cada uno de los textos. Pude identificar este tema en 3 de las 4 novela que leí: “Novechento”, “Seda”, “Homero, Ilíada” y Next. Siendo en las primeras tres en las que encontré al viaje.

En “Novechento” este tema se puede ver en la vida del protagonista, quien vive en un barco, lo que lo “obliga” a vivir un constante viaje que nunca llega a destino ya que novechento nunca deja el barco. En “Seda” el protagonista debe ir desde Francia a Japón una buena cantidad de veces, si eso no es un viaje, no se que será. Por ultimo, en “Homero, Ilíada”, Baricco nos hace un resumen de la obra de homero, es decir, nos acorta el viaje que debemos hacer para leer la Ilíada.

Sebastián Venegas

Anonymous said...

Joaquín Olivares Salinas (1)
Un viaje hacia Japón, hacia America, hacia Ilion, hacia nuestro principio, o nuestro final. Baricco nos muestra una ruta que lleva a una tierra desconocida, que quizás nos cambie para siempre. Una tierra forjada de palabras, levantada a través de los ojos de este escritor, que nos da su impresión a través de una historia que liga a los personajes, mediante algo similar al amor o el odio. A través de una novela corta, Alessandro, condensa los detalles de una vida entera, y nos sumerge en este océano de micro relatos encerrados en la narración de una vida que, pareciese ser ajena a su dueño.
El estilo de Baricco oscila entre la poesía, el teatro y las derivadas de la novela (desde la épica). La poesía se hace notar en el ritmo y el compás, pero sobre todo, cuando pinta imágenes con palabras, como cuando en Novecento, indica en instancias de alejarse del muelle: “la tierra se convierte en luces”. El tema del teatro se presenta en la posibilidad de ser representado, sobre todo aquellos textos que presentan un dialogo, o monologo. Estos dos puntos en conjunto, levantan las palabras, las ensamblan y se crea una realidad nueva, con leyes nuevas (como vimos que sucedía con la tempestad de Shakespeare, y en su despedida tanto a la realidad como al teatro, donde canta al igual que en el comienzo de la peli/documental de Ricardo III:”Our revels now are ended. These our actors, as I foretolf you, were all spirts and are melted into air: And, like the baseless fabric of this vision, the coludcapp’d towers, the gorgeous palaces, the solemn temples, the great globe itself, yea, all which it inherit, shall dissolve and, like this insubstantial pageant faded, leave not a rack venid. We are shuch stuff as dreams are made on, and our little life is rounded with a sleep.” este tipo de acción es similar a las ficciones que se producen en las novelas dentro de las novelas, como vimos por ejemplo con Unamuno o con Cervantes, o el fenómeno del personaje ficticio don quijote de la mancha que es realmente Alonso Quijano, o tal vez al revés.). Esto significa algo similar al Borde Borroso que se pierde ante la representación de una realidad dentro de otra, eso podría derivar a un sueño de Borges, o de Homero, o Una broma de Bolaño.
Otro aspecto interesante respecto al viaje de Baricco, es que no es demasiado caro. Los lectores pueden acercarse mucho más fácilmente a una literatura comprensible, es decir, que no limite a su audiencia con asuntos de conocimientos previos elevados, como sucede por ejemplo con Ezra Pound, o Unamuno. El poder de Alessandro Baricco de crear un texto increíblemente veloz, condensado y reflexivo hasta lo más profundo del ser humano, es lo que nos hace apreciarlo, y nos atrae, atrae recorrer esos senderos. Personalmente quedé suspendido en un espacio inexistente e inmenso cuando en la novela corta, Novecento, se indica: “tocábamos por que el océano es grande y da miedo, tocábamos para que la gente no notara el paso del tiempo, y se olvidara de donde estaba, y de quien era. Tocábamos para hacer que bailaran, por que si bailas no puedes morir, y te sientes Dios.”

Anonymous said...

Joaquín Olivares Salinas (2)

Otro tema interesante que se presenta en la literatura de Baricco, es el asunto de la musicalidad, en especial del Jazz. Este punto me interesa por que hace poco descubrí cosas tales como que existe un club de jazz en santiago llamado El Perseguidor, como uno de los cuantos de Cortazar de Las Armas Secretas. ¿Y? bueno, ¡es obvio! Es en nombre al gran Charlie Parker, que en el libro es llamado Johnny Carter. Este saxofonista revoluciono el jazz y fue considerado el mejor de la historia. En términos de escritura, es interesante relacionar el swing del jazz y el estilo de los escritores actuales. Cortazar cuenta en una de sus entrevistas que utiliza algo similar a un ritmo, que es lo que usa para ir escribiendo, y si no le parece correcto, lo vuelve a escribir hasta sentir que el texto se mueve de por si. En Novecento, el pianista tocaba las “notas normales” para la primera clase, pero cuando se encontraba en aquel ambiente de tercera, se explayaba, y tocaba “eso que no sabes bien lo que es”. La improvisación del jazz puede ser quizá similar al surrealismo, o a la prosa libre, es la revolución del arte, la confusión de las fronteras entre géneros, y algo que llega abruptamente a la cabeza y al corazón. ¿Qué es esto? Un gesto inefable, un gesto poético, el poder de un verso, de una línea, de la palabra. El poder de sintetizar estos gestos es lo que engrandece a los escritores. Tanto como para lograr hacer penetrar la idea de la oscuridad del corazón de la selva del congo en nuestros huesos, o para sorprendernos reviviendo a Odiseo en su vuelta hacia Ítaca, y poniéndole lagrimas ante el canto de un Aedo, portador de la voz de las musas, Guardianas de la historia.

Anonymous said...

Joaquín Olivares Salinas (1)
Un viaje hacia Japón, hacia America, hacia Ilion, hacia nuestro principio, o nuestro final. Baricco nos muestra una ruta que lleva a una tierra desconocida, que quizás nos cambie para siempre. Una tierra forjada de palabras, levantada a través de los ojos de este escritor, que nos da su impresión a través de una historia que liga a los personajes, mediante algo similar al amor o el odio. A través de una novela corta, Alessandro, condensa los detalles de una vida entera, y nos sumerge en este océano de micro relatos encerrados en la narración de una vida que, pareciese ser ajena a su dueño.
El estilo de Baricco oscila entre la poesía, el teatro y las derivadas de la novela (desde la épica). La poesía se hace notar en el ritmo y el compás, pero sobre todo, cuando pinta imágenes con palabras, como cuando en Novecento, indica en instancias de alejarse del muelle: “la tierra se convierte en luces”. El tema del teatro se presenta en la posibilidad de ser representado, sobre todo aquellos textos que presentan un dialogo, o monologo. Estos dos puntos en conjunto, levantan las palabras, las ensamblan y se crea una realidad nueva, con leyes nuevas (como vimos que sucedía con la tempestad de Shakespeare, y en su despedida tanto a la realidad como al teatro, donde canta al igual que en el comienzo de la peli/documental de Ricardo III:”Our revels now are ended. These our actors, as I foretolf you, were all spirts and are melted into air: And, like the baseless fabric of this vision, the coludcapp’d towers, the gorgeous palaces, the solemn temples, the great globe itself, yea, all which it inherit, shall dissolve and, like this insubstantial pageant faded, leave not a rack venid. We are shuch stuff as dreams are made on, and our little life is rounded with a sleep.” este tipo de acción es similar a las ficciones que se producen en las novelas dentro de las novelas, como vimos por ejemplo con Unamuno o con Cervantes, o el fenómeno del personaje ficticio don quijote de la mancha que es realmente Alonso Quijano, o tal vez al revés.). Esto significa algo similar al Borde Borroso que se pierde ante la representación de una realidad dentro de otra, eso podría derivar a un sueño de Borges, o de Homero, o Una broma de Bolaño.

Anonymous said...

Joaquín Olivares Salinas (2)
Otro aspecto interesante respecto al viaje de Baricco, es que no es demasiado caro. Los lectores pueden acercarse mucho más fácilmente a una literatura comprensible, es decir, que no limite a su audiencia con asuntos de conocimientos previos elevados, como sucede por ejemplo con Ezra Pound, o Unamuno. El poder de Alessandro Baricco de crear un texto increíblemente veloz, condensado y reflexivo hasta lo más profundo del ser humano, es lo que nos hace apreciarlo, y nos atrae, atrae recorrer esos senderos. Personalmente quedé suspendido en un espacio inexistente e inmenso cuando en la novela corta, Novecento, se indica: “tocábamos por que el océano es grande y da miedo, tocábamos para que la gente no notara el paso del tiempo, y se olvidara de donde estaba, y de quien era. Tocábamos para hacer que bailaran, por que si bailas no puedes morir, y te sientes Dios.”
Otro tema interesante que se presenta en la literatura de Baricco, es el asunto de la musicalidad, en especial del Jazz. Este punto me interesa por que hace poco descubrí cosas tales como que existe un club de jazz en santiago llamado El Perseguidor, como uno de los cuantos de Cortazar de Las Armas Secretas. ¿Y? bueno, ¡es obvio! Es en nombre al gran Charlie Parker, que en el libro es llamado Johnny Carter. Este saxofonista revoluciono el jazz y fue considerado el mejor de la historia. En términos de escritura, es interesante relacionar el swing del jazz y el estilo de los escritores actuales. Cortazar cuenta en una de sus entrevistas que utiliza algo similar a un ritmo, que es lo que usa para ir escribiendo, y si no le parece correcto, lo vuelve a escribir hasta sentir que el texto se mueve de por si. En Novecento, el pianista tocaba las “notas normales” para la primera clase, pero cuando se encontraba en aquel ambiente de tercera, se explayaba, y tocaba “eso que no sabes bien lo que es”. La improvisación del jazz puede ser quizá similar al surrealismo, o a la prosa libre, es la revolución del arte, la confusión de las fronteras entre géneros, y algo que llega abruptamente a la cabeza y al corazón. ¿Qué es esto? Un gesto inefable, un gesto poético, el poder de un verso, de una línea, de la palabra. El poder de sintetizar estos gestos es lo que engrandece a los escritores. Tanto como para lograr hacer penetrar la idea de la oscuridad del corazón de la selva del congo en nuestros huesos, o para sorprendernos reviviendo a Odiseo en su vuelta hacia Ítaca, y poniéndole lagrimas ante el canto de un Aedo, portador de la voz de las musas, Guardianas de la historia.

Anonymous said...

Joaquín Olivares Salinas (2)
Otro aspecto interesante respecto al viaje de Baricco, es que no es demasiado caro. Los lectores pueden acercarse mucho más fácilmente a una literatura comprensible, es decir, que no limite a su audiencia con asuntos de conocimientos previos elevados, como sucede por ejemplo con Ezra Pound, o Unamuno. El poder de Alessandro Baricco de crear un texto increíblemente veloz, condensado y reflexivo hasta lo más profundo del ser humano, es lo que nos hace apreciarlo, y nos atrae, atrae recorrer esos senderos. Personalmente quedé suspendido en un espacio inexistente e inmenso cuando en la novela corta, Novecento, se indica: “tocábamos por que el océano es grande y da miedo, tocábamos para que la gente no notara el paso del tiempo, y se olvidara de donde estaba, y de quien era. Tocábamos para hacer que bailaran, por que si bailas no puedes morir, y te sientes Dios.”

Anonymous said...

Joaquín Olivares Salinas (3)
Otro tema interesante que se presenta en la literatura de Baricco, es el asunto de la musicalidad, en especial del Jazz. Este punto me interesa por que hace poco descubrí cosas tales como que existe un club de jazz en santiago llamado El Perseguidor, como uno de los cuantos de Cortazar de Las Armas Secretas. ¿Y? bueno, ¡es obvio! Es en nombre al gran Charlie Parker, que en el libro es llamado Johnny Carter. Este saxofonista revoluciono el jazz y fue considerado el mejor de la historia. En términos de escritura, es interesante relacionar el swing del jazz y el estilo de los escritores actuales. Cortazar cuenta en una de sus entrevistas que utiliza algo similar a un ritmo, que es lo que usa para ir escribiendo, y si no le parece correcto, lo vuelve a escribir hasta sentir que el texto se mueve de por si. En Novecento, el pianista tocaba las “notas normales” para la primera clase, pero cuando se encontraba en aquel ambiente de tercera, se explayaba, y tocaba “eso que no sabes bien lo que es”. La improvisación del jazz puede ser quizá similar al surrealismo, o a la prosa libre, es la revolución del arte, la confusión de las fronteras entre géneros, y algo que llega abruptamente a la cabeza y al corazón. ¿Qué es esto? Un gesto inefable, un gesto poético, el poder de un verso, de una línea, de la palabra. El poder de sintetizar estos gestos es lo que engrandece a los escritores. Tanto como para lograr hacer penetrar la idea de la oscuridad del corazón de la selva del congo en nuestros huesos, o para sorprendernos reviviendo a Odiseo en su vuelta hacia Ítaca, y poniéndole lagrimas ante el canto de un Aedo, portador de la voz de las musas, Guardianas de la historia.

Anonymous said...

Joaquín Olivares Salinas (3)
Otro tema interesante que se presenta en la literatura de Baricco, es el asunto de la musicalidad, en especial del Jazz. Este punto me interesa por que hace poco descubrí cosas tales como que existe un club de jazz en santiago llamado El Perseguidor, como uno de los cuantos de Cortazar de Las Armas Secretas. ¿Y? bueno, ¡es obvio! Es en nombre al gran Charlie Parker, que en el libro es llamado Johnny Carter. Este saxofonista revoluciono el jazz y fue considerado el mejor de la historia. En términos de escritura, es interesante relacionar el swing del jazz y el estilo de los escritores actuales. Cortazar cuenta en una de sus entrevistas que utiliza algo similar a un ritmo, que es lo que usa para ir escribiendo, y si no le parece correcto, lo vuelve a escribir hasta sentir que el texto se mueve de por si. En Novecento, el pianista tocaba las “notas normales” para la primera clase, pero cuando se encontraba en aquel ambiente de tercera, se explayaba, y tocaba “eso que no sabes bien lo que es”. La improvisación del jazz puede ser quizá similar al surrealismo, o a la prosa libre, es la revolución del arte, la confusión de las fronteras entre géneros, y algo que llega abruptamente a la cabeza y al corazón. ¿Qué es esto? Un gesto inefable, un gesto poético, el poder de un verso, de una línea, de la palabra. El poder de sintetizar estos gestos es lo que engrandece a los escritores. Tanto como para lograr hacer penetrar la idea de la oscuridad del corazón de la selva del congo en nuestros huesos, o para sorprendernos reviviendo a Odiseo en su vuelta hacia Ítaca, y poniéndole lagrimas ante el canto de un Aedo, portador de la voz de las musas, Guardianas de la historia.

Anonymous said...

Seda, de Alessandro Baricco es un texto que está en el grupo de obras en las que resulta difícil decidir si se trata de una novela corta o un cuento largo. Para mí ésto también se aplica al tema del color de Seda. Pero para descubrir de que color es , es imprescindible fijarse en la totalidad de la obra. La cual es una seda, debido a que te envuelve , acaricia y se ajusta a tí.
Los colores que pasaron por mi mente al leer este libro fueron muchos pero hubo una parte del libro que me quedó muy marcada y es la jaula de los pájaros. Para mí, así tiene que ser el color de la seda. Lleno de mezclas de colores exóticos. Sin embargo el color fundamental debe ser cuando el cielo se mancha de los colores de los pájaros ya que ésto genera un canto , gritos , nube de colores , sonidos y todo esto se encuentra en esta pequeña obra. Falta mencionar que dicha obra de algún modo es una jaula de pájaros que está abierta. Pero de algún modo después de terminar el libro , volveremos ya que siempre es difícil resistir a la tentación ¿ no es verdad?

Sebastián Julio Mujica

Antonia Melo said...

Viajar sin recorrer.
Muchas veces pensamos en el viaje como la acción de sentarnos en un tren, avión o quizás un mercedes y dirigirnos hacia un lugar determinado, donde estaremos probablemente como turistas, recorriendo y aprendiendo en 7 días sobre una cultura y un mundo nuevo. Lo que no entendemos es que somos parte de un gran viaje, donde somos turistas de las cosas que hacemos y de las que no hacemos. Es lo que, a mi parecer, A. Baricco trata de relatar. Nos muestra como no hay necesidad de cambiar de lugar físico para comenzar a vivir nuestro camino. En Novecento, claramente se puede apreciar como Danny Bood-mann T. D Lemon Novecento necesita, a pesar de vivir toda su vida en un barco, mirar el mar desde otra perspectiva, observar el mar desde la tierra. No creo que Baricco busque darnos lecciones de vida, pero si darnos a conocer y revelarnos que debemos conocer nuestro viaje, vivir el nuestro y participar de él.
También en Sin Sangre, el viaje se hace presente. Un hombre visualmente común, que miraba a ambos lados para cruzar la calle, vivió gran parte de su vida pensando en cómo sería cuando se encontrara con esta mujer-niña desconocida y conocida a la vez, pero no entendió que su viaje podía terminar sentado junto a ella en el café de la esquina de su trabajo de todos los días. ¿Cómo algo tan deseado se volvería realidad de manera tan sencilla? ¿Vendiendo un boleto de la suerte?, a veces creemos que para desarrollar un “viaje”, debemos recorrer grandes distancias, dar un giro de 360 grados a nuestras vidas, y no nos damos cuenta que quizás tu propia mujer escribiría cartas en otro idioma, como en Seda. El, un hombre común, con grandes aspiraciones de conocer, se va a un país lejano a conocer este nuevo mundo, le costó años y kilómetros para comprender que lo que buscaba estaba solo cuando daba vuelta la mirada.

Anonymous said...

Joaquín Olivares Salinas (4)
La improvisación del jazz puede ser quizá similar al surrealismo, o a la prosa libre, es la revolución del arte, la confusión de las fronteras entre géneros, y algo que llega abruptamente a la cabeza y al corazón. ¿Qué es esto? Un gesto inefable, un gesto poético, el poder de un verso, de una línea, de la palabra. El poder de sintetizar estos gestos es lo que engrandece a los escritores. Tanto como para lograr hacer penetrar la idea de la oscuridad del corazón de la selva del congo en nuestros huesos, o para sorprendernos reviviendo a Odiseo en su vuelta hacia Ítaca, y poniéndole lagrimas ante el canto de un Aedo, portador de la voz de las musas, Guardianas de la historia.

Anonymous said...

Joaquín Olivares Salias (3)
Otro tema interesante que se presenta en la literatura de Baricco, es el asunto de la musicalidad, en especial del Jazz. Este punto me interesa por que hace poco descubrí cosas tales como que existe un club de jazz en santiago llamado El Perseguidor, como uno de los cuantos de Cortazar de Las Armas Secretas. ¿Y? bueno, ¡es obvio! Es en nombre al gran Charlie Parker, que en el libro es llamado Johnny Carter. Este saxofonista revoluciono el jazz y fue considerado el mejor de la historia. En términos de escritura, es interesante relacionar el swing del jazz y el estilo de los escritores actuales. Cortazar cuenta en una de sus entrevistas que utiliza algo similar a un ritmo, que es lo que usa para ir escribiendo, y si no le parece correcto, lo vuelve a escribir hasta sentir que el texto se mueve de por si. En Novecento, el pianista tocaba las “notas normales” para la primera clase, pero cuando se encontraba en aquel ambiente de tercera, se explayaba, y tocaba “eso que no sabes bien lo que es”.

Octavio Bofill said...

En Noveccento de todas maneras el elemento presente es el viaje, pero no tanto un viaje físico, sino mas bien un viaje sicológico, un viaje en que Noveccento se autoencuentra, se conoce y que le permite conocer el mundo a través de los demás, de tal manera que para él, no es necesario viajar sino que debe "viajar", a través de los demás, sin importarle nada más.

Con respecto al color, el tono que yo veo en la obra de Baricco, es azul, de tal manera que sus obras siempre van a tener un componente marítimo, un viaje en este, una mención, una imagen, una pintura, o cualquier otra cosa que relacione la historia del viaje personal - físico, con el mar o más que el mar, el agua, como el elemento más puro que existe y que nos permite finalmente conocer y ser capaces de viajar a través del mundo, sin realmente tener que movernos a través de la capacidad muy mencionada de que nosotros seamos capaces de leer a las personas.

says said...

Comentario de prueba para la publicación

Luz said...

Para no repetir y divertirte un poco quiero hablar del color de Novecento, aunque se hace algo obvio: completa y absolutamente AZUL.
Al leer este monólogo se me venían a la cabeza imágenes en tonos sepia, idiotamente, por el tiempo en el cual transcurre la historia, como si el color se hubiera inventado con las fotografías y las cintas de película.
Pero hubo un solo elemento al cual nunca pude quitarle su intimidante azul: el océano. Y es que es tan vasto y poderoso que se va ganando un especio en la cabeza de cada hombre y mujer con una imagen distinta en cada uno pero, seguro, siempre imponente y misterioso. Colón, Aquiles, Virginia Woolf, Braulio Arenas, Neruda, los Mayas, las costas de Valparaíso (el paraíso…), todos tocados por el mar… y ni hablar de Danny Boodman T. D. Lemon Novecento.
En el hipotético pero no improbable caso de que un niño nazca en un barco fuera del mundo de Baricco ¿Qué pasaría? Evidentemente no se le retendría arriba del trasatlántico yendo y viniendo sin madre atenta y no se toparía con un padre adoptivo que le pusiera seis nombres que nunca se inscribirían en ningún registro civil.
Pero en el mundo de Baricco (que es el único que importa) este niño se transforma en un pianista de talento inimaginable, de piel negra; pero por dentro este hombre es de un solo color: azul.
Novecento, cuando toca el piano, lo hace como cuando conoce al trompetista: siguiendo las olas, sean calmas o tormentosas, según el ritmo que lo invada en el momento. Dentro de T. D. Novecento está el Atlántico, que se expresa con todo su esplendor sobre 88 teclas blancas y negras y nos deja a todos con la boca abierta aunque los que lo leemos no podemos oírlo realmente. Ahí es donde entra el gran talento de Baricco, que, con el vaivén del barco y su modo de escribirlo, nos hace sentir el vaivén de la vida de Novecento, el vaivén de las olas y de la música.

Anonymous said...

Las tres obras de este escritor italiano que me leí son Noveccento, Seda y Sin Sangre. Voy a hablar solo de los primero porque el tercero definitivamente no me gusto ya que me paso todo lo contrario a los otros, ME ABURRI mientras lo leía.
El color de seda es el de los ojos de la mujer de la que Hervé Joncour se enamora en sus viajes a China, se que en el libro no los describen de ningún color especifico pero para mí son café-negro, de esos ojos que intimidan. Son tan importantes porque refleja el trasfondo de la historia, lo que hace que la historia sea como es porque el protagonista es lo primero en que se fija. Además demuestra la relación única que hay, que sobresale de lo “éticamente correcto” pero que es de tanta intensidad que no se puede ocultar, al igual que los ojos de la joven.
En el tema del viaje no me quiero quedar con el viaje físico para lograr dinero y la subsistencia, quiero llegar al tema del viaje por las convicciones y los anhelos de la persona. Con esto quiero decir, que Hervé Joncour era una persona que no era protagonista de su propia vida y el que en un viaje que era de negocios descubre algo que lo hace vibrar, por lo que tomar conciencia de si mismo. Aunque su objetivo primero no es el que perdura en el tiempo lo lleva a tener una mejor relación consigo mismo y con los que lo rodean (su mujer)
En Noveccento el único color que se me puede ocurrir es el azul porque la únicas imágenes a la que les di color fue a las que incluían aunque fuese un poquito del océano. Esto lo relaciono, después de haber hecho la lectura, con la imaginación de Noveccento y la capacidad de retención de conocimiento que tiene la que se puede comparar con el color del mar. Esto para mi es central en la historia porque es la curiosidad y el abrir fronteras lo que mueve la historia desde el principio. Del viaje no se que escribir, porque todo lo que se me ocurre es bastante obvio y sinceramente creo que no es necesario escribirlo y dar la lata
Jesu Sepulveda

MAGDALENA said...

Profesor he debido luchar contra las tempestuosas olas del mar del internet,por que u.d sabe, nadie ha dicho que navegar por internet sea fácil!!, y es por esto que me he demorado más de la cuenta, ya que las constantes subidas y bajadas de la marea no me han dejado mantener un curso de navegación constante.
Pero como se suele decir en mi pueblo
"Más vale tarde que nunca", he llegado hasta aquí para entregar mi humilde, y quizás mediocre trabajo, pero empapado de la más dulce ternura y cariño, como el que se le tiene a todo "fruto" de un trabajo (puede también ser una analogía correcta tomando la opción de un hijo), sin más divagaciones he aquí mi obra. ( en el siguiente post)

MAGDALENA said...

(PROFESOR TENGO GRAVES PROBLEMAS CN INTERNET..A MÁS TARDAR MAÑANA VERÁ A MI HIJO)

Anonymous said...

Profe, ésta es una versión resumida de lo anteriormente escrito, ya que no guardé una copia del primer comentario, que su blog borró.

Andrés Aboitiz

Baricco rescata desde la épica el arte de contar una historia, sumergiéndonos en un viaje en el cual nos abre a lo desconocido. Este viaje lo realiza a través de las palabras, las cuales son usadas de forma precisa y resumida, pero sin dejar de lado su profundo sentido. Es así como nos acercamos a la novela corta. Lo interesante de este trabajo, similar al trabajo de un escultor, es que a partir de un material único, se van sacando los excesos hasta lograr el material deseado, resguarda la palabra, preservando la solidez de las cosas evitando su desgaste y trivialización. Notable es la forma en que Baricco define de forma sutil y sucinta la seda como algo incorpóreo casi imperceptible al tacto. Si nos vamos al caso de Novecento, podemos ver como el autor nos narra importantes hechos, sentimientos o pensamientos a través de pequeñas acciones, como por ejemplo, el cigarro en el piano, cosa que expresa soberbia y orgullo. Baricco también nos enseña en Novecento que dar tan sólo un simple paso puede significar un cambio drástico en nuestras vidas, tal como le pasó al talentoso pianista que al verse embargado por el gigantesco “mundo terrestre”, desistió de bajar unos escalones, ya que se dió cuenta que al descender de la embarcación dejaría atrás todo lo que él conocía y apreciaba. Otro ejemplo de esto, es la forma simple, pero profunda en que describe ambientes, lugares y personas. En Seda, cuando el personaje llegaba a su destino en Japón, casi siempre lo definía como un lugar donde predominaba el silencio y la tranquilidad, liberando un aire de antiguas tradiciones y creencias. En Novecento Baricco describe la tormenta como un vals, haciendo de cada movimiento y nota un compás de extrema precisión.
Es por esto que me atrevo a decir que Baricco sería el ganador de una competencia de arquería, ya que ejecutaría con perfección cada movimiento, acertando en el blanco de la narración con gran exactitud.

A. Antoine said...

Perdone lo tarde, pero al parecer el blog estaba con "desperfectos", y como dicen en el pueblo de la Maida: "mas vale tarde que nunca"

NO tomare el tema del viaje en esta ocación, solo para poder hablar del color de uno de los libros de Baricco que mas me gusata: Sin Sangre.
Creo que para todos los que lo leyeron, queda mas que claro (así como Noveccento es Azul) que Sin Sangre es de un color Rojo Carmesí, más oscuro que claro.

El trauma vivido por Nina la llevan a buscar a los que asesinaron friamente a su padre y a su hermano (a ir a por ellos). Ojo por ojo y diente por diente. En teoría condena a quien antes le infligieron daño, pero que finalmente condena también a ella misma, obligándola a optar entre vivir con, o sin sangre.

Perído de morosos. alrecart said...

Cada vez que pienso en Seda, pienso en acuarelas y tinta china. Más que un color, Seda tiene una textura. Acuosa. Suave. Colores cálidos, fríos, exóticos, primarios…todos diluidos. Entremezclados, con líneas suaves y claras.

Pienso en un vaivén, un ritmo, como de oleaje. Cómo si el libro estuviese escrito con tinta china y pasión. Una vez escuché como alguien leía el capítulo 59, con tal pasión y angustia, como si ella fuera la enamorada, y todos nosotros Hervé. Esto es lo que nos provoca este libro, queremos sentir lo que ellos sienten. Entender a Hervé y a Hèléne. Escucharlos, interpretarlos, intuirlos. Conocerlos. Hacerlos nuestros.

Pensar en sus mejillas, los kimonos, en la aldea, los viajes, en Hélène, en los gusanos, en la seda, en Hara Kei y sus 1001 pájaros, en Ella, en sus ojos, en el asesinato de un mensaje de amor, en Madame Blanche, en las flores azules, en la carta e, inevitablemente, en Hèléne por segunda vez…

Cuando pienso en Seda pienso en intuición, en tranquilidad. En elegancia y en asombro.

Papel de arroz. Tinta china y acuarelas.
Casi como pintar el mar, con el propio mar…

Denuevo Lucas Arzeno said...

Después de leer algunas de las historias de este escritor de relatos que merecen ser contados, llego a la conclusión de no solo existe un color predominante, sino que son varios colores que se van superponiendo y creando una atmosfera amena. Es por eso que elegí más de un color para representar las obras.
En “Noveccento” elegí los colores del Jazz, el negro y el blanco, presentes en los trajes de los competidores en el momento del duelo, además de ser los colores de las teclas del piano, elemento fundamental de la novela, que en conjunto con el vaivén del mar evocan esa sensación de musicalidad que tanto refleja la obra (en mi opinión), además de ser colores que se complementan según el ying yang, llegando a este punto de la filosofía japonesa quiero introducir mi decisión sobre “Seda”, otra de las novelas de Baricco, a pesar de que me llamó mucho la atención esa “flor azul” que recibía Hervé Joncour junto con la jaula de los pájaros, decidí volver a uno de los colores mencionados anteriormente, el blanco, ya que es el color que tiene la seda originalmente, el color que refugia a la gente y que tal como se converso en clases en una oportunidad, la seda es el velo que cubre, que se amolda a uno y que lo protege y acaricia.
Por último El libro que leí en inglés “Without Blood”, en mi opinión esta obra en ingles es muchísimo más musical y rápida que la traducción al castellano, se logra un dialogo y un desarrollo de la obra más fluido. Para esta novela corta elegí el color burdeo o granate, porque es el color de la sangre y del vino. Sangre por la matanza de Manuel Roca y de su hijo en manos de los guerrilleros, y el vino por ser un elemento cautivador que llama a la conversación, fundamental en la segunda parte del libro, donde Nina conversa con el asesino de su padre años después del hecho.

Isi Palma said...

Baricco y el viaje:

elegí este pues creo que estan íntimamente ligados: el viaje se presenta de varias maneras: la evidente, en novelas como Noveccento, Seda y Oceano Mar, donde los protagonistas se trasladan de un lugar a otro, conociendo y descubriendolo para realizar alguna tarea, o simplemente por que no saben vivir de otra manera. Pero ,más allá de éste viaje, lo que realmente encanta de Baricco es el viaje personal que se hace al leerlo y el viaje que se intuye (o se siente) de cada protagonista, a través de su vida, donde muchas veces se ve el inicio pero no el final. Baricco se aleja mucho de las "novelas de viaje" pues no es describir nuevos lugares(y a través de esto hacer viajar a sus lectores) lo que él busca, si no que éste es un elemento más dentro de su narración, y su poesía, que hacen que al leerlo se sienta como estar en otra parte.
El viaje personal que hace uno al leerlo es como el de cualquier viaje: (y aquí cito a un escritor chileno, descubra usted a cual)"Los viajes tienen un motor de 4 tiempos: llegada, conquista, ansiedad y movimiento". Y cito esta frase pues fue exactamente lo que me pasó al leer a Baricco: se llega sin saber que esperar, para luego entender porque te recomendaron ese libro y qué lo hace tan especial que dan ganas de leer y leer, para una vez terminado, releerlo o buscar una nueva empresa.
En fin, son muchisimos los viajes que se pueden hacer con Baricco, cada uno distinto y espectacular.

PD1: De más está decir que me encantó!
PD2: No lei ningún otro comentario para no influenciarme, por lo mismo, si es que me salí mucho de lo requerido, perdón :)

Colado de III said...

hey, quien robo nuestro chiste de "both, Mr President".

El NO colado de 4º said...

Tus chistes mi querido amigo, son repetidos. Nada nace en tercero...

MAgDALENA VEGA said...

wajajaja comos e dice coloquialmente " te cagaron"

Ignacio Domínguez said...

¿Viaje?, ¿Color?, mejor los dos.
El vicoloraje: Azul sí, pero verde, verde también. Digamoslo así, color "laguna frondosa". Sin duda que el elemento común de Baricco es el protagonista, el que se enfrenta a la realidad y la encuentra invisible (como el fin del mundo), y la encuentra invisible, y de pronto las cosas que al ojo del sentido común parecen vitales para una vida cómoda y satisfactoria, dejan de serlo, y su vida empieza a girar en torno a algo, ..., algo que podríamos clasificar como "gusto del alma", tales como dedicar la vida a construir un parque-jardín o llenar una jaula con los pájaros más exóticos. Gusto del alma. Así mismo vemos en sin sangre a ella, ella como es, de pronto podríamos pensar que en su trauma infantil y adulto, podía ser una persona en busca de venganza eterna, o sociópata, o que se yo, pero no. Solo quería recuperar esa la mirada de seguridad que había encontrado en los ojos del mozo cuando abrió la "trampilla".
Nostalgia o melancolía mezclados con la paz de la meditación en el aura japonesa de una pequeña laguna rodeado de pequeños cerros forrados en frondosa flora. Ahí una casa con paredes de papel de arroz, solo eso y ser, ser, ser y buscar la mirada de seguridad, ser y construir un jardín, solo ser.
Así azul por el agua, inmortal, perenne, siempre en movimiento pero también en absoluto reposo. El azul es la belleza y el gozo del alma.
Verde por el bosque, inmutable e imbatible, verde de vitalidad de la vida, el verde es la tenacidad, la vida de búsqueda eterna de aquel que la había mirado en la trampilla, verde de vida, verde que resiste sufrimiento, vergüenza y cansancio.
Sobre el viaje creo que está todo dicho. Es la búsqueda del color. Es la búsqueda del fin del mundo, de aquello invisible, de la laguna. Es la búsqueda de la admiración, esa que mira y encuentra el "gozo del alma". El viaje es eterno, constante y tenaz en la búsqueda de la belleza.

"Silencio piado entre ruiseñores del pantano,
Murmullo de la hierba,
Sonido del silencio"

Magdalenilla said...

Viaje y Color, esa es mi respuesta. Primero me referiré al viaje en la obra de Baricco, un viaje que representa un “puchurrumí” de sentimientos, que a veces logra ser desolador, otras inquietantes, pero evidentemente atrayente. El viaje en Baricco se caracteriza por fusionar dos mundos: El de la realidad tangible y el de la realidad de los sentidos, con esto me refiero a que tanto el lector como el personaje pasean por un mundo que anteriormente era desconocido, y es éste viaje el que les abre de cierta forma “el alma”, es decir les da un sentido a sus vida. Entonces se podría decir que en realidad el viaje, además de ser tangible, representa (como es rasgo de la literatura contemporánea) un auto-conocimiento de nuestro interior.
Es además interesante ver como Baricco construye, mediante una simple anécdota, su característica escritura, transformándolo en una obra de arte, con colores, olores y paisajes.
En cada obra Baricco sintetiza su arte en uno o dos elemento (según mis lecturas), En seda puede ser, por ejemplo los pájaros exóticos, mientras que en novecento, el piano, y de sobremanera el mar.
Si nos remitimos al color sin duda me imagino, no sólo en uno, y siento que sería un poco egoísta de mi parte relacionar su obra con uno sólo. Para mí sus historias son una mezcla de varios colores, entre ellos, azul (sin duda), verde, pero también rojo y amarillo, entre otros, y es con estos colores con los que configura su historia, con variados matices y texturas, jugando constantemente con nuestros sentidos.