Thursday, February 23, 2006

Historias de Peluquero.


Me encuentro con mi "acomodador personal de cabellera" y salta la idea de empezar a escribir algunas líneas sobre su experiencia (uno siempre puede excusarse en la imagen ficcional del peluquero) Una de las cosas más notables, y razón por la cual mi propio padre, hace más de treinta y cinco años, aprobó en esos tiempos al "estilista" es que contra todo precepto el hombre...no es gay.
¿Se imaginan ustedes tener como casi confidente a los diez años a un tipo que te presta plata, te esconde (también un poco las revistas con monas piluchas -casi prohibidas por la dictadura-), te salva de la gestapo escolar del Instituto, impidiendo que te mande pa la casa por tener el pelo largo, perdiéndote las horas clásicas de callejeo posterior al colegio?
¿Se imaginan ustedes ser partícipes de una fiesta de coqueteos en la cortada de pelo, con la propia encargada de llevarme a esa...la peluquería más famosa de todo Santiago?
¿Se imaginan ustedes que su peluquero sea un retrato vivo de Vittorio Gassman?¡¡
Pasados los años y considerando, en mi caso, el "corte de pelo" un verdadera burla del destino, quiero retomar más bien esas conversaciones ligeras, calladas, asociadas a un frappe de almendras. Sabor del que nunca he podido despegarme, a pesar de las exóticas sugerencias a otros gustos siempre ofrecidos en orden alfabético, por alguna señorita con ropa apretada y cutiz casi terso de maquillaje en el Haiti.
Pasados los años quiero retomar un poco, el aire que tenían sus historias de peluquero.